Hoy, justo cuando el gobierno –empeñado a fondo en su campaña electoral y a punta de un discurso propagandístico– se bate a brazo partido contra aquellos que, según el propio Felipe Calderón, sobredimensionan el problema de la violencia del crimen organizado en el país, o que “agoreros del desastre” hacen pública su profunda preocupación sobre los devastadores efectos de la crisis económica y social que vivimos; hoy, digo, cuando la línea es cerrar los ojos, no ver, no hablar y menos todavía atreverse a contar lo que sucede, como si negarse a mirar hiciera a la realidad de otra manera, más a modo de quienes buscan solamente asegurar sus cuotas de poder, llega a las salas de cine Backyard; el traspatio, una película que escrita por Sabina Berman y dirigida por Carlos Carrera, es una mirada profunda, intensa, que no hace concesiones, que revisita una zona tan oscura como vigente de la realidad nacional: un doloroso rayo de luz en estos tiempos en que nos quieren convencer a todo trance de que lo más conveniente es la ceguera.
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