Calderón y su realidad

Martí Batres Guadarrama
Objeciones de la Memoria

Con orgullo, en diversos foros internacionales se asegura que México es la economía 11 del mundo, argumento para mantener vigentes políticas que no han dado buenos resultados para la mayoría de la población. Negar la realidad de un país tan desigual como el nuestro es perverso, pero peor es aferrarse al rumbo económico que exacerba la desigualdad y el descontento social.

Las políticas neoliberales de los últimos 25 años han traído más desempleo, inseguridad e incertidumbre, pero también más desnutrición, menos talla y capacidad intelectual entre los mexicanos que recurren a todo para “medio pasarla”. No obstante, el actual gobierno federal de facto prefiere ver su propia realidad.

En estos días se ha sabido, por ejemplo, que las exportaciones cayeron 17% el año pasado; que como destino para hacer negocios, México ya retrocedió seis lugares al ubicarse en el sitio 56 de 181 países; que en competitividad caímos 10 lugares en el Reporte Global del Foro Económico Mundial; que la inversión extranjera va en picada y que la devaluación del peso supera ya 35 por ciento.

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