León Bendesky
Hay quienes todavía ven en la relativa estabilidad financiera de los últimos años del gobierno de Fox y el comienzo del de Calderón una virtud en el funcionamiento de la economía mexicana.
No debe olvidarse que esa estabilidad no propició el crecimiento económico, que se basó en las reacciones de Hacienda y del Banco de México a la fuerte entrada de divisas por el alto precio del petróleo y por las remesas. Fue una respuesta esencialmente pasiva a condiciones externas favorables y fuera del control del gobierno. Se sostuvo en la explotación de un recurso natural, el petróleo, pésimamente administrado, y en el éxodo de la fuerza de trabajo y el desquiciamiento del mercado laboral.
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