Política cero
Jairo Calixto Albarrán
Noto mucho desdén hacia Bernardo de la Garza, ex presidente del Verde Ecologista y ex candidato presidencial de tan valioso partido, resucitado por Jelipillo en Los Pinos y ahora, contra todos los pronósticos, convertido en sustituto de Carlos Hermosillo en la Comisión Nacional del Deporte. Hay hasta lectores de MILENIO que, maliciosamente, sugieren que si Bernardini puede manejar los sports in Mexicou, we, Calderón debería de nombrar a mi góber precioso, Mario Marín, de embajador de la patria ante la ONU. Auténtica exageración, pues el héroe de esta película, papá, ese expertazo en bellísimas de coñac, tendría que llegar a la de ya, con permiso de la señora Zavala, al DIF o, cuando menos, a reorganizar Casitas del Sur.
Digo, De la Garza se está buscando la vida luego de haberse metido en un intercambio de traiciones con el Ninio Verde que es harto vengativo y siniestro. Merece que le demos el beneficio de la duda. La condición de trapecista que tanto le critican sólo por haber pasado de tirio a troyano de ida y vuelta con ranversé incluido, lo convierte en el candidato idóneo para regir los destinos de disciplinas como el levantamiento de tarro, el lanzamiento de jaibolina, y la barra libre, por decir algo.
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