Salvador García Soto
Serpientes y Escaleras
Como en los comicios federales de 1994 y 2006, aunque por otras razones, las elecciones de julio próximo estarán marcadas por el miedo. La epidemia sanitaria decretada por el gobierno federal, instrumentada por gobiernos locales y avalada por organismos internacionales, marcará el inicio de la contienda formal por la renovación de la Cámara de Diputados y varias gubernaturas locales.
Para la inmensa mayoría de mexicanos no está en sus prioridades el interés electoral y, al menos mientras dure la emergencia, no se interesarán en lo que digan los desprestigiados partidos y sus candidatos. La incertidumbre, la angustia y el instinto de supervivencia han desplazado a segundos o terceros planos la crisis, la inseguridad o el creciente desempleo.
El miedo como factor que influye en política y en elecciones vuelve a estar presente.
Y en la emergencia cada gobierno y cada gobernante de los distintos partidos busca el mismo objetivo: aparecer ante la ciudadanía como el personaje y la administración más eficaz ante la epidemia; y para lograrlo cada uno tiene su estilo y estrategia.
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