Smithfield, el gigante agroalimentario productor de puercos, es una de las más grandes empresas del mundo. En 2008 ocupó el lugar número 222 entre las 500 firmas más importantes de Estados Unidos, según la revista Fortune. Es la tercera compañía más poderosa en la producción de alimentos, después de Archer Daniels Midland y de Tyson Foods.
Pero su impresionante crecimiento económico se enfrenta a un grave problema: las cada vez más estrictas regulaciones ambientales y laborales, y las multas por violarlas. Smithfield ha sido reiteradamente acusada de contaminar agua, suelo y aire, y de no respetar los derechos humanos de sus trabajadores. Human Rights Watch documentó ampliamente en su reporte Sangre, sudor y miedo, publicado en 2005, los abusos que comete esta empresa.
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