El súbito golpe al crímen organizado alarmó a la oposición y muchos dedujeron que se esconde un propósito político. Al parecer el PAN le apuesta a que los electores apoyen al presidente.
El 16 de abril de 2009, Ramón Alberto Garza advirtió en Reporte Índigo:
“No creo en el rechazo a las cuentas públicas de Vicente Fox. Lo veo como un instrumento de negociación entre el PRI y el PRD con el PAN-Gobierno, con rumbo a las elecciones de julio. Y el ajuste trae cola.
“Se inicia con la filtración desde algunas oficinas del PAN. Ahí dicen que a Germán Martínez no le quita el sueño la tan pronosticada debacle electoral que le anticipan a su partido en julio.
“Y esa certeza, lo dicen, radica en que existe información de que un muy prominente priista –algún gobernador en funciones, por ejemplo– podría verse involucrado en un gran escándalo.
“Como poner al descubierto sus presuntos vínculos con el crimen organizado. Y eso, a semanas de las elecciones, le costaría muchos votos al PRI”.Una semana después, los priistas cerraron el expediente de Vicente Fox. Habían llegado a una negociación.
Germán Martínez le bajó a la campaña que asociaba a priistas con narcotraficantes; sin embargo, eso no implicaba renunciar a su estrategia antinarco para salvar al PAN de la debacle en tiempos electorales.
Volvió a atacar al PRI, pero esta vez le bastaron las palabras de Miguel de la Madrid y Carlos Salinas de Gortari.
No hizo falta que Germán acusara directamente al tricolor de estar coludido con narcotraficantes. El trabajo se lo hizo el ex presidente De la Madrid. Y los priistas finalmente tomaron la decisión de contestar los ataques. El problema es que ya era demasiado tarde.
Entre tanto, Germán creía que avanzaba hacia el logro de su objetivo. Las encuestas empezaban a mostrar una caída del PRI en las preferencias electorales.
Efectivamente, los tricolores habían reaccionado con la lentitud de un paquidermo al promover la reapertura del caso Fox en un periodo extraordinario de sesiones.
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