Jairo Calixto Albarrán
Se nos va el virus A/H1N1 (¿por qué le cambiaron el nombre si lo de porcino le daba dignidad, respeto y virilidad?) y Jelipillo le anuncia a la humanidad que México salvó al mundo de la terrible enfermedad que se cernía sobre la tierra como Godzilla sobre una maqueta de Tokio.
En esa lógica se genera una costosa campaña para atraer a los turistas que al primer estornudo cancelaron sus viajes, incluso los pederastas que, gracias a la venia de las autoridades, vienen aquí a darse sus atascones.
Pero cómo esperan atraer a la clientela para que retocen por los rinconcitos donde hacen su nido las golfas del bar, si se ha desatado el virus de las campañas políticas. O sea, cómo van a venir los paseantes si de pronto se topan con el spot del PAN donde Místico, el luchador, aparece con voz meliflua, agradeciendo al Presidente y al partido su lucha contra los rudos del crimen organizado en un tono de ¡ay, sí, tú las traes! También está el video, harto cotorro del blanquiazul, donde se puede apreciar al Germy Martínez aventándose un choro mundial sobre el papel heroico del Estado calderónico durante la contingencia sanitaria de más o menos tres minutos y medio, mientras la pobre Chepina Vázquez Mota nomás se le queda mirando mansamente en silencio. Apenas le deja como tres segundos para saludar y despedirse.
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