Las cifras son elocuentes. En 2003, el IMSS redujo la atención en las guarderías de 12 a 9 horas y su aportación al 65% por niño. Al reducir el personal, las jornadas son al menos de 10 horas. Rápido organizaron la Asociación Nacional de Guarderías (ASNAGU) hasta reducir las 1,586 guarderías del IMSS a 142 sobre la base de solicitar la conversión de las estancias a guarderías en previsión de que el 31 de diciembre próximo tendrá que renovar la concesión el 95% de las guarderías. Esta administración liberal obedece a una economía política privatizadora de todo lo que fuera obligación del Estado sancionada por los sindicatos. Asombra el silencio del sindicato del IMSS con un dirigente postulado por el PAN para una diputación. Las evidencias prueban el tratamiento de los niños como mercancías acumulables en bodegas mal adaptadas.
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