La ultraderecha y el proceso electoral
III y último
El riesgo es que de un ciudadano activo pase a otro pasivo mediático que las televisoras con la derecha representan, como una mayoría pasiva que anuló su voto o que ni siquiera fue a votar agobiadas (os) por las deudas, el desempleo, la inseguridad, las adicciones, la miseria. Anuladores solitarios, aislados, que no tienen cohesión, relaciones políticas creativas, ni dirección política. A la derecha le conviene las mayorías silenciosas, a la izquierda las organizaciones de masas con conciencia y formación política. Ciertamente, llegamos al hartazgo con la corrupción de los políticos y los partidos, como nos conversa nuestro camarada Mauricio Macossay: “Hay que empujar para que se caiga el sistema político y su modelo económico”, ciertamente hay que hacerlo, pero no se trata sólo de que se caiga
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