Tres entidades donde la alternancia bipartidista ha sentado sus reales son Chihuahua, Nuevo León y Sonora. En los dos primeros se ha dado el ciclo completo en la gubernatura y los municipios importantes: PRI entrega la administración al PAN, que a su vez la regresa al PRI, y así cadenciosamente. En el tercer estado, sin el registro de una alternancia a nivel de gubernatura, sí existe una competencia cerrada y un ciclo de alternancias municipales producto de un arraigado bipartidismo regional.
En este momento, las tres entidades son casos ilustrativos de lo que un sistema bipartita conservador puede reportar a la población. En términos económicos, las tres entidades (al igual que el norte del país) se vieron beneficiadas con el TLCAN. Durante una década los indicadores básicos de inversión, empleo y crecimiento fueron al alza. No así los indicadores sociales, que registraron incrementos en materia de pobreza urbana; sin embargo, este fenómeno se amortiguó en gran medida por la migración.
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