Ricardo Rocha
Detrás de la Noticia
A este país le urgen las buenas noticias. Porque empieza a ser insoportable el bombardeo infame de sucesos vergonzosos sobre abusos, corrupción, crímenes colectivos, negligencia, soberbia, autoritarismo y tantos otros males cotidianos.
Por ello reconforta y reconcilia el que nuestra Universidad Nacional Autónoma de México sea distinguida con el prestigiosísimo Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades 2009. Un reconocimiento que prestigia todavía más a nuestra UNAM, nos alienta a todos los mexicanos y cuestiona severamente al aparato de gobierno.
Por partes: lo que se está premiando es una suma de esfuerzos de siglos que se ha venido incrementando brillantemente en las décadas y años recientes. Por sólo mencionar algunos datos: baste decir que suman millones de egresados desde su fundación hace casi 500 años; que con sus 300 mil estudiantes y 30 mil profesores genera la mitad de toda la investigación científica y humanística del país; que son invaluables sus aportes cotidianos en servicios como el Sismológico Nacional, el Observatorio Astronómico y el monitoreo al Popocatépetl; que es decisiva en la cultura del país con sus cientos de museos, bibliotecas, teatros, salas de concierto y miles de eventos anuales; que sin la UNAM no se explican la posibilidad del ascenso social ni el país en su conjunto.
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