Laura Bolaños Cadena
Desde siempre los mexicanos hemos visto un empleo en el gobierno como la mejor forma de tener ingreso seguro y privilegios; en vano acusamos a la Colonia de nuestras malas costumbres, los mayores de edad no pueden justificarse echando culpas a sus padres. Y si entonces hubo corrupción, venta de plazas, nepotismo, abuso del poder, siguió habiéndolo en tiempos de Don Porfirio y los gobiernos “de la Revolución” les enmendaron la plana a todos los anteriores. Con el mayor descaro y llegando a los peores extremos, continuó corrupción, venta de plazas, nepotismo y abuso del poder a extremos no vistos. La impunidad como sostén indispensable. Algo peor: nacionalista en sus inicios, el sistema fue derivando hacia la entrega del país, cada vez más acelerada, a intereses extranjeros. Y no se vio ni con el mencionado Don Porfirio mayor aferramiento al poder. El poder infinito para la corrupción infinita, dijo el estadunidense Alan Reading, autor del libro “Vecinos distantes”.
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