martes, 28 de julio de 2009

A duras penas alcanza para mal comer

Conjeturas

Alvaro Cepeda Neri

En la cúpula presidencial se echan las campanas a vuelo, cuando debería ser a duelo, ya que en la economía doméstica de cuando menos 100 millones de mexicanos (los restantes siete: entre acomodados, ricos, millonarios, multimillonarios más los narcotraficantes y sus cómplices, no tienen problemas) la están pasando negras para cubrir sus necesidades primarias. Apenas alcanza para mal comer.
Y en el entendido de que las familias llevan a sus mesas, dentro de su escasez, sólo cantidad para satisfacer el hambre, descuidando la calidad de los alimentos. El empobrecimiento masivo y el encarecimiento de los productos de primera necesidad, provocan desnutrición y esto hace vulnerables a esos millones de mexicanos, presas de gripes que se transforman en epidemias, pues carecen de defensas mínimas.
Leer Nota AQUI


Para evitar los golpes militares: expulsar a las embajadas norteamericanas

Ricardo Andrade Jardí

Y mientras cientos de miles de hondureños siguen movilizándose para llegar a la frontera con Nicaragua, la Casa Blanca juega las cartas de su ambigüedad en apoyo al golpe militar y Oscar Arias, se supone extrañamente con la calidad moral de “sugerir” que frente a una imposición de facto, el legítimo gobernante de Honduras, Manuel Zelaya, hace mal en intentar regresar al país del que fue expulsado por la fuerza, para que una pandilla de militares, bien adiestrados por la golpista Escuela de las Américas, impusieran a un empresario, sin el más mínino respaldo popular, como presidente de la primera dictadura militar del siglo XXI, del continente latinoamericano.
Leer Nota AQUI


Que el fraude electoral jamás se olvide


Reflexiones para una reforma política

Gerardo Fernández Casanova

La semana pasada expuse algunas ideas para una necesaria reforma política, pensadas con el objetivo de encontrar vías para lograr una mejor organización de las relaciones entre la sociedad y el Estado, así como entre los individuos y los sectores de la población. Independientemente del grado de acierto que mis especulaciones pudieran lograr, lo relevante es que el país no puede seguir dando tumbos y empantanándose en un sistema que se agota en el estrecho ámbito de una clase política esclerótica. La dificultad del caso estriba en el hecho de que, en las condiciones actuales, cualquier tipo de reforma pasa necesariamente por la aprobación de esa misma clase política, muy poco proclive a autoinmolarse. La única opción es la contemplada en el artículo 39 de la Constitución, que determina la soberanía del pueblo para darse la forma de gobierno que le satisfaga. Los administradores de la democracia representativa made in USA, se solazan advirtiendo que dicha soberanía del pueblo se deposita en sus representantes electos, negando cualquier otra forma de expresión de la voluntad popular. Los que aspiramos a la transformación afirmativa de la realidad sólo pretendemos la implantación y el perfeccionamiento de una democracia participativa, que permita al pueblo, en todo momento, ejercer su derecho soberano para procurarse la máxima felicidad posible.
Leer Nota AQUI