En México gritamos siempre que “el fascismo no pasará” y lo tenemos en todos lados
1. El fascismo mundial no desapareció con la muerte de Hitler, Mussolini, Franco y sus más fieles seguidores, porque esas doctrinas racistas de la derecha no dejaron de ser alimentadas por hijos y nietos. Hoy encontramos a sus abiertos seguidores en los principales países de alto desarrollo asesinando a todos aquellos luchadores sociales y desbaratando reuniones de protesta; pero también en los gobiernos aplicando políticas de represión contra los movimientos independientes, contra las huelgas y desbaratando organizaciones sindicales. El fascismo no fue solamente una doctrina aplicada antes, durante y después de la Segunda Guerra, sino la adopción de la “superioridad” al pensar de manera racista, una persecución permanente contra los trabajadores y una cerrazón que falta a la humildad para entender las razones de los otros.
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