Calderón emula a Salinas al pretender dar el “Quinazo” a Martín Esparza y al SME. Se equivoca al pensar que tendrá éxito. Las consecuencias de los actos golpistas de Salinas contra los trabajadores petroleros y los maestros no fueron la legitimidad de su gobierno, también espurio, sino la herencia nefasta de mayor control y profundización de la corrupción en ambos gremios.Ni la maestra se ha dedicado a democratizar el SNTE, ni a trabajar para mejorar la educación de la niñez mexicana. Ni Romero Deschamps se ha esforzado para que Pemex sea más eficiente, ni para evitar su privatización, ni para democratizar su sindicato. Ambos lucen descaradamente su poder y privilegios.
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