martes, 12 de enero de 2010

De que la lana es la lana.

Haciendo recordar que muchos son los padres que a sus hijos les dicen: “Tú haz lo que yo te digo y no lo que yo hago”. El Gobierno federal ve frustrados sus intentos para que los ciudadanos confíen en las vacunas contra la influenza que por millones ha comprado, y permitan que se les aplique.

Sin soslayar que esas mismas vacunas son las que en Canadá han sido ya suspendidas por las reacciones secundarias que han presentado en un porcentaje significativo de personas, y que el propio Gobierno mexicano se ha encargado, tratando de curarse en salud por haberlas adquirido, de soslayarlas o minimizarlas.

Pero el negocio no les está saliendo bien a quienes nos gobiernan, pues resulta que los médicos y las enfermeras de varias partes del País, se están negando rotundamente a que se las apliquen, pues han observado, precisamente, las reacciones secundarias que han presentado.
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