miércoles, 10 de octubre de 2012

Ivonne Ortega: la acaparadora de Dzemul JENARO VILLAMIL 10 DE OCTUBRE DE 2012

Y mientras en el caso del exgobernador priista Humberto Moreira una tragedia familiar complica ulteriores ambiciones, en el de la exmandataria de Yucatán, la también priista Ivonne Ortega, el poder crea fortuna: ella deja a su familia bien provista de tierras de alto valor turístico y arqueológico, y golpea al presupuesto de esa entidad agobiado durante 25 años por deudas y costosos proyectos “culturales”. Ahora se dispone a saltar al gabinete de Enrique Peña Nieto, en una alianza de temibles dinastías priistas: la de Dzemul y la de Atlacomulco.
MÉRIDA, Yuc. (Proceso).- En colindancia con la zona arqueológica de Xcambo –“lugar del lagarto celestial”, en maya–, de casi 2 mil años de antigüedad, está uno de los sitios más hermosos y de mayor biodiversidad de la costa yucateca. En esos humedales, adonde migran los flamencos y otras aves acuáticas, hay parcelas salineras de los ejidatarios de Dzemul, desarrollos turísticos con villas de descanso y playas privadas para estadunidenses, canadienses y no pocos empresarios y políticos mexicanos.
En Xcambo, donde los mayas del periodo preclásico practicaron el trueque, parte de la zona arqueológica y de los terrenos de la costa ya tienen un poderoso y ambicioso propietario: la exgobernadora priista Ivonne Ortega Pacheco.
En una maniobra poco clara, Ortega Pacheco adquirió desde junio de 2008, 11 meses después de tomar el poder, 75% de las mil 706 hectáreas pertenecientes al municipio de Dzemul, a precios irrisorios y por encima de la decisión de los 953 ejidatarios.
Mil 279 hectáreas de esa zona se las compró por 412 mil pesos a sus tíos Galo Juan Pío, Honorio Gaspar e Inocente Melchor Ortega Coronado. El resto forma parte del rancho El Paraíso, que según el Registro Público de la Propiedad Ivonne Ortega recibió en donación de su madre, Ligia Pacheco Graniel.
La apropiación de esos terrenos de alta plusvalía en la costa yucateca será resuelta finalmente por otro pariente de Ivonne Ortega: el recién electo alcalde de Dzemul, Domingo Ortega Graniel, primo de la exgobernadora e hijo de Inocente Melchor Ortega.
Como Atlacomulco para los mexiquenses, Dzemul es cuna de la dinastía de gobernantes priistas más importante de Yucatán. Ahí nació Víctor Cervera Pacheco, el tatich (hombre fuerte) de la península, dos veces gobernador, secretario de la Reforma Agraria en el sexenio de Carlos Salinas y socio de Carlos Hank González, El Profesor.
Su sobrina Ivonne Ortega también es originaria de ese municipio, del que fue alcaldesa. Después consiguió ser diputada federal, senadora unos meses y gobernadora de Yucatán, con el respaldo abierto de Salinas de Gortari, quien se ha convertido en visitante frecuente de la entidad. Ahora Ortega Pacheco aspira a integrarse al gabinete de su amigo Enrique Peña Nieto o convertirse en la dirigente nacional del PRI en sustitución de Pedro Joaquín Coldwell, exgobernador de Quintana Roo.
A pesar del apoyo de las televisoras nacionales y de los principales grupos radiofónicos, que ensalzan su figura a la menor provocación, y de llevar a la cantante colombiana Shakira y al compositor inglés Elton John a la pirámide de Chichén Itzá, el 30 de septiembre Ortega Pacheco dejó el gobierno en medio de protestas en la Plaza Grande de Mérida.
Sus excesos y su extraña sociedad con la alcaldesa saliente de Mérida, la también priista Angélica Araujo (con quien fundó una compañía de diseño de ropa denominada Ibónica), contribuyeron a su impopularidad. Ortega Pacheco fue abucheada por decenas de yucatecos en la Plaza Grande. “Ivonne, no vuelvas nunca más”, se leía en un arreglo de juegos pirotécnicos. Decenas de mujeres portaron más de 40 cruces en recuerdo de cada una de las asesinadas durante su gobierno, a pesar de que la mandataria afirmó que Yucatán tuvo “tasa cero” de homicidios.
En contraste con “sus” obras, como el Gran Museo del Mundo Maya, calificado por sus opositores como “monumento a la egolatría”, o el proyecto inconcluso del Palacio de la Civilización Maya, a 14 kilómetros de Chichén Itzá, Ortega Pacheco dejó el gobierno con un último decreto: una alerta sanitaria ante el brote de dengue hemorrágico que podría superar los 6 mil casos y las 25 muertes que se registraron el año pasado.
Su sucesor, el también priista Rolando Zapata Bello, anunció como su primera medida un Programa de Ajuste Financiero y Nueva Cultura de Austeridad Pública. Su objetivo a corto plazo es “generar disponibilidades por 150 millones de pesos en el último trimestre del año” y congelar “todas las partidas y disponibilidades presupuestales, salvo las esenciales de nómina y servicios básicos”.
En una crítica nada velada a su antecesora, Zapata Bello advirtió que en su gobierno “los recursos públicos no pueden concebirse como privilegios o prebendas, por el contrario: son responsabilidades y obligaciones”. Ortega Pacheco deja un adeudo que rebasa los 7 mil millones de pesos, de acuerdo con la prensa local, a pesar de que oficialmente asciende a 2 mil 912 millones.

Negocios con tierras

Otro pariente famoso de Ortega Pacheco es su sobrino Cornelio Aguilar Ortega, que a sus cinco años ya posee 158 hectáreas en el municipio de Dzidzantún, donde su padre, Cornelio Aguilar Puc, fue alcalde de 2004 a 2007. El humor yucateco bautizó al sobrino de la exgobernadora como “Cornelio, el niño terrateniente”, ya que desde el 20 de junio de 2011, cuando sólo tenía cuatro años, sus papás le donaron nueve propiedades.
La mamá del menor, Guadalupe Ortega Pacheco, es hermana de Ivonne Ortega, fue presidenta del DIF estatal y diputada federal suplente por el distrito 12 de Yucatán. El padre, Cornelio Aguilar Puc, fue el coordinador estatal de la campaña de Enrique Peña Nieto por la Presidencia de la República.
El Diario de Yucatán, decano de los periódicos en la entidad, publicó una serie de reportajes donde reveló que la mayor propiedad del niño es un tablaje de 104 hectáreas, adquirido a finales de 2011, a 48 pesos por hectárea, según las escrituras.
Guadalupe Ortega y su esposo acumularon más de una decena de propiedades en los últimos años. El rotativo yucateco mencionó las propiedades que pusieron a nombre de su hijo: un tablaje con número catastral 1868, de tres hectáreas; el tablaje 4379, de cuatro hectáreas; la finca San Ramón, de 37 hectáreas; el tablaje catastral 3215, de 50 hectáreas, y una casa en la cabecera municipal de Dzidzantún, en copropiedad con su hermanastro Paúl Ortega Pacheco.
La fiebre de la familia de Ivonne Ortega por acaparar tierras sólo es comparable con el gusto de la exmandataria yucateca por la farándula, por el derroche presupuestal en obras inconclusas y por obras faraónicas como el Gran Museo del Mundo Maya, cuyo costo oficial es de 770 millones de pesos “en inversión inicial”, pero que en 25 años le costará al erario estatal más de 5 mil millones de pesos, según informes obtenidos por Proceso.
El inmueble del Gran Museo del Mundo Maya, concesionado a Promotora Cultural Yaxché, filial del Grupo Hermes, del empresario Carlos Hank Rohn, fue inaugurado la noche del 24 de septiembre a pesar de que aún estaba inconcluso. La mayoría de las piezas que se exhibirán en este museo privado, construido bajo el esquema de inversión público-privada conocido como Proyecto de Prestación de Servicios (PPS), provienen del Museo Regional de Antropología e Historia Palacio Cantón, administrado por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
“Aquí se encuentran las profecías talladas en piedra de hace 5 mil 125 años, profecías que anunciaron en este 2012 la llegada de una nueva era, pero sobre todo, aquí se refleja claramente el presente de una sociedad dinámica, el esfuerzo de habitantes del Yucatán contemporáneo”, afirmó Ortega Pacheco en la inauguración del edificio que presume de tener “más acero que la Torre Eiffel” de París.
Ortega también recordó su infancia: “Recuerdo que de niña, sentada en la zona arqueológica de Xcambo, me pregunté cuándo volveremos a construir en Yucatán grandes obras como el castillo de Chichén Itzá, cuándo nuestros arquitectos tallarán la piedra para mostrar al mundo que la grandeza maya sigue aquí y nunca se ha ido. Y mi respuesta a esas preguntas está aquí”.
También parte de Xcambo está en los terrenos que forman parte de la propiedad de la exgobernadora en Dzemul.
El proyecto de construir en Chichén Itzá otro museo concesionado (el Palacio de la Civilización Maya, en el municipio de Yaxcabá) también involucra un millonario negocio de terrenos con los herederos de la familia Barbachano, propietarios de la exhacienda donde está la zona arqueológica más famosa de Yucatán.
El 29 de marzo de 2010 el gobierno de Ivonne Ortega anunció la compra de un predio de 80 hectáreas de la hacienda Chichén Itzá al empresario Hans Jüergen Thies Barbachano, por un monto de 220 millones de pesos, a través del Patronato de Unidades y Servicios Culturales y Turísticos, mejor conocido como Cultur e identificado como una de las “cajas chicas” de la gobernadora.
La adquisición de estos terrenos coincidió con el concierto del británico Elton John a los pies de la pirámide de Kukulcán, considerada Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO desde 1988. El techo del escenario se desplomó y dañó la pirámide.
Ortega Pacheco justificó el pago millonario: “Se trata de un patrimonio invaluable que siempre debió ser de los yucatecos”. El entonces alcalde panista de Mérida, César Bojórquez Zapata, afirmó que “con 220 millones de pesos, hasta Kukulcán baja del castillo para recibir su lana”.

“Bomba de tiempo”

Publicitada como una obra majestuosa, “a la altura de los grandes recintos del mundo”, el Gran Museo del Mundo Maya puede convertirse en una “bomba de tiempo”, porque el costo real de esta obra no serán 773 millones de pesos, como reveló Carlos Hank González, hijo de Carlos Hank Rohn y nieto del recién fallecido Roberto González, mejor conocido como El Maseco (Proceso 1874).
José Luis Sierra Villarreal, exdirector general del INAH en Yucatán, revela que el costo real, a 25 años, será de 5 mil 500 millones de pesos, ya que la empresa Promotora de Cultura Yaxché, perteneciente al Grupo Hermes Infraestructura Península, contrató a su vez un crédito a 25 años con el Grupo Interacciones, también de la familia Hank, que sumará 2 mil 700 millones.
Además, se firmó un convenio con Cultur para que durante dos décadas le pague 140 millones de pesos anuales a la Promotora de Cultura Yaxché por el mantenimiento del museo. Esta cifra hace un total de 2 mil 800 millones de pesos, que sumados a la deuda diferida de 2 mil 700 millones dan un total de 5 mil 500 millones de pesos.
“Esto es una bomba de tiempo para las finanzas públicas de Yucatán. Un contrato por 20 años de mantenimiento y otro por 24 años de servicios financieros”, advierte Sierra Villarreal, consultado por Proceso.
Esposo de la exgobernadora priista Dulce María Sauri, Sierra Villarreal documenta su crítica al proyecto del Gran Museo de la Cultura Maya y advierte que también utilizará el acervo de piezas arqueológicas administrado por el INAH en el Museo Regional Palacio Cantón, del Paseo de Montejo, que dejará de funcionar.
“Es escandaloso. El INAH, por primera vez, acepta que un grupo privado como Yaxché haga negocios con piezas arqueológicas que tú le prestaste”, subraya Sierra Villarreal, a quien la exgobernadora Ortega Pacheco ha señalado en reuniones de la cúpula priista como su “adversario personal”, por su relación con Dulce María Sauri.
Como director del museo quedó el campechano José Enrique Ortiz Lanz, exdirector de Museos del INAH. “Lo conozco muy bien porque yo mismo lo contraté cuando estuve de director del instituto”, comenta Sierra Villarreal. Y argumenta que no existe un proyecto museográfico coherente, sólo privilegiaron las “grandes piezas, las más espectaculares” que estaban en el Palacio Cantón y no revisaron las más de 3 mil piezas que están en las bodegas.
“Es una obra apantalla-pendejos”, dice Sierra Villarreal, e ironiza con las afirmaciones de Ivonne Ortega Pacheco y del director de Cultur, Jorge Esma Bazán, a quien señala como el “genio del mal” que promueve las obras costosas y faraónicas en nombre de la “grandeza maya”.
“Dice Ivonne Ortega que el museo tendrá más acero que la Torre Eiffel. Hay que decirle que los barcos mercantes o de turismo tienen hasta 10 veces más acero que ese monumento. ¿A quién se le ocurre hacer una estructura de acero en una entidad que llega a tener más de 40 grados de temperatura? Lo que gastarán en energía eléctrica para aire acondicionado y combatir el calor y la humedad será un dineral”, plantea.
En el sitio en internet de Cultur están todos los documentos que acreditan la licitación y el manejo del esquema PPS a favor de la Promotora Cultural Yaxché. Todos los oficios y documentos hablan de transacciones financieras y en ninguno se establecen los criterios y las necesidades de una obra tan ostentosa.
El mismo decreto 404, firmado por Ivonne Ortega el 19 de abril de 2011 para autorizarle a Cultur el desarrollo y la licitación del Gran Museo del Mundo Maya, no tiene ninguna exposición de motivos ni justifica el uso del PPS.
En contraste con el dispendio de esta obra, ejemplifica Sierra Villarreal, en los próximos días el INAH inaugurará un museo con 3 mil piezas mayas en lo que fue el Centro de Convenciones de la zona hotelera de Cancún. Su costo: 90 millones de pesos.
Participaciones federales
a Protego
Un documento firmado por los titulares de Hacienda y de Planeación y Presupuesto del gobierno de Yucatán, Juan Gabriel Ricalde y Armando José Baqueiro Cárdenas, respectivamente, establece que para financiar el proyecto del Gran Museo del Mundo Maya, a partir del 27 de julio de 2011 el 4% de las participaciones federales que le corresponden a Yucatán pasarán a la cuenta número 65503016941, a nombre de Protego Casa de Bolsa, S.A. de C.V., con CLABE interbancaria 014180655030169418 del Banco Santander, cuyo titular es Protego Casa de Bolsa.
“Lo anterior –advierte la notificación– en el entendido que la presente instrucción tendrá el carácter de irrevocable hasta en tanto no se presente ante la Secretaría de Hacienda y Crédito Público constancia de que el contrato de prestación de servicios para realizar la obra y los servicios del Gran Museo del Mundo Maya antes referido se ha dado por terminado, en los términos previstos en el propio contrato antes mencionado, o cuando así lo autorice la Legislatura del Estado de Yucatán.”
Por Protego Casa de Bolsa firman Roberto Durán Fernández, de la división fiduciaria, y Tatiana Harti. Esta institución financiera fue creada por el exsecretario de Hacienda salinista, Pedro Aspe, y cuyo director general fue Luis Videgaray, actual coordinador general del equipo de transición de Enrique Peña Nieto, exsecretario de Finanzas del gobierno del Estado de México y expresidente de la poderosa Comisión de Presupuesto en la Cámara de Diputados.
Videgaray es considerado uno de los “cerebros” de las restructuraciones de deudas estatales, incluyendo las de Yucatán, que lejos de disminuir se incrementaron sustancialmente en los últimos años. El secretario de la Comisión de Presupuesto de la Cámara de Diputados, cuando Videgaray la presidió, fue el actual gobernador yucateco, Rolando Zapata Bello, sucesor de Ivonne Ortega.
En la cuenta pública de 2009, la Auditoría Superior de la Federación (ASF) advirtió que 13 mil 289 millones de pesos del Fondo de Estabilización de los Ingresos de las Entidades Federativas fueron destinados por la Secretaría de Hacienda y los gobiernos estatales a un “mecanismo financiero, para lo cual dichos recursos se depositaron en Protego Casa de Bolsa, que fungiría como fiduciario de un fideicomiso privado”. Muy similar al esquema documentado en Yucatán con el Gran Museo del Mundo Maya.
Para la ASF “no resulta claro” el beneficio de una operación de este tipo, a pesar de la multimillonaria transferencia de recursos.


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