Francisco Rodríguez
Indice Político
Moneda que está en la mano, / tal vez se deba guardar. /
La monedita del alma / se pierde si no se da
Antonio Machado
¿Cuánto se “remaron” funcionarios, banqueros y, entre otros, cambistas hace dos días? ¿A dónde fueron a parar casi mil millones de dólares –de los 2 mil 500 ofrecidos— que el Banco de México subastó para apuntalar al peso frente al billete verde? ¿De verdad flota nuestra moneda o, como sucede con otras variables financieras y económicas, hay grupos político-mercantiles que la manipulan?
Muy artificialmente, nuestra unidad monetaria se devaluó los primeros dos días de esta semana laboral. Llegó a arañar los 14 pesos por cada dólar que había en el mercado.
Ante ello, contradiciendo sus cacareadas políticas de libre flotación, de libre mercado, neoliberales, en fin, Guillermo Ortiz y sus vicegobernadores del Banco Central determinar “inyectar” 2 mil 500 millones de dólares en el mercado, para con ello obligar al peso a encontrar su nivel “real” frente a la moneda estadounidense.
Si el nivel alcanzado no era el real, ¿por qué no dejaron que por sí mismo descendiera? ¿A qué beneficiar a los especuladores?
Porque, mire usted, con esta intervención de Banco de México, se confirma lo que siempre se ha sospechado. Que desde la esquina de la avenida 5 de Mayo con Eje Central se manejan casi casi al antojo las paridades frente a otras monedas.
Al antojo, esa paridad se redujo hasta a 9 pesos con 90 centavos por dólar allá por el no muy lejano mes de julio. Hubo protestas, sobre todo de los exportadores. Y sonrisas socarronas de quienes, conociendo a los autores de la crisis del 94-95 y la posterior implantación del Fobaproa, adivinaron la jugada: “van a devaluar en tres o cuatro meses, ya verás”, me dijo repetidamente un aguzado observador.
Hubo quienes en julio aprovecharon la barata. La propia Secretaría de Hacienda compró 8 mil millones de dólares. De esos de 9.90.
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