viernes, 10 de octubre de 2008

¿Vivir mejor con los panuchos? Publicidad y realidad

Conjeturas

Por Alvaro Cepeda Neri

Los derechosos panistas se han ganado, a pulso, varios apodos. Reaccionarios y conservadores, sin discusión. Antijuaristas jurados. Enemigos a muerte del Estado laico y el laicismo educativo y cultural. Desertores del callismo (el padre fundador de Acción Nacional fue incondicional de mi general Calles). Anticardenistas al grado de, tras fundar su partido, un año después del glorioso 1938, cuando la Expropiación Petrolera (que ahora quieren privatizar) les dio por reivindicar la herencia cristera.
Más que moralistas, son fanáticos religiosos. Y a la par del salinismo, echando espuma contra la izquierda, dieron el triple salto mortal para caer en la red del “priismoempanizado”. Y ya en la tentación del poder en la Civitas Diaboli, le entraron a la disputa electoral.
Y ahí están: dos alternancias fallidas y nadando de a muertitos en la corrupción política y económica. Es decir: más (y peor) de lo mismo, ya que se presentaron como intransigentes combatientes del autoritarismo con sus abusos del poder... ¡y los panuchos tan a gusto en esa perversa tradición que con los ocho años que llevan en Los Pinos, ya están hartos los electores!
Y éstos los esperan en las urnas del 2009, para darles una desconocida que ni con su publicidad de “Vivir mejor” obtendrán lo que se llevará el PRI (que tendrá que ir tirando la basura) en lo que será un fenómeno poco visto: el regreso de un partido al máximo poder presidencial, cuando parecía imposible.
Todo porque, con el sello foxista y calderonista, los azules serán aves de paso. Ni el guanajuatense ni el michoacano tuvieron madera de políticos, cuando la Nación, en apretadísima elección en el 2000 y de plano impugnada en 2006 necesitaba cuando menos un simple presidente (al grado que esta ilegitimidad ha generado parte de la inestabilidad e ingobernabilidad que enfrenta don Felipe de Jesús y que si no fuera por el PRI ya tuviéramos un interino para ir por el provisional y luego por el sustituto).
Han dejado todo a los vientos encontrados, en economía, del libre mercado (por menos de esto los estadounidenses están al borde de perder su hegemonía dentro del capitalismo). Y los mexicanos sobreviven, de las clases medias bajas hasta los límites del empobrecimiento masivo, en peores condiciones que cuando el priísmo del alemanismo al lópezmateismo. Y desde estos sexenios y la resaca del díazordacismo al final ya dramático del zedillismo.
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