sábado, 11 de octubre de 2008

A VECES ES MEJOR UN BUEN PLEITO QUE UN MAL ARREGLO



A veces es mejor el buen pleito que el mal arreglo

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Sábado, 11 Octubre, 2008

¿No hemos visto estas escenas?

Policías contra manifestantes. Federales “tomando” un pueblo para desalojar una carretera tomada. Primero son un par de detenidos entre los inconformes, como los de Tres Marías del martes, que son liberados a las pocas horas; luego se pasan dos noches, luego los detenidos son decenas, luego los acusan y acaban en un penal de máxima seguridad un año antes de ser absueltos (ya ha sucedido).

Primero la protesta parece tener sentido y luego todo se mezcla. Grupos variopintos se unen a una causa ajena y comienzan las provocaciones. Primero sólo son marchas… pronto llega la violencia.

En la confusión —y la represión— todos pierden. Los problemas nunca se resuelven. ¿Cuál era la causa original? ¿Cuál el programa gubernamental que se quería implementar? ¿Quién se acuerda?

Atenco, Oaxaca…¿Morelos?

El gobierno de Calderón está atrapado en un lío de su propia hechura.

Nadie lo obligó a pactar un proyecto de tal importancia como su reforma educativa con la señora Elba Esther Gordillo. Hace meses, cuando por primera vez Elba Esther Gordillo ganó las fotos de primera plana a lado del Presidente y la secretaria de Educación Pública, Manuel Gil Antón, uno de los mexicanos que más sabe de los dolores de nuestro drama educativo, me dijo que le parecía una abdicación de responsabilidad de parte del gobierno haber presentado su gran reforma educativa firmándola y anunciándola como pares, con el sindicato. El gobierno es el gobierno, alega Manuel; los trabajadores son los trabajadores.

En aquellos días me pareció exagerado lo dicho por Gil Antón.

Pero semanas después, el asunto que comenzó a detonar las protestas fue el de la venta, renta y herencia de plazas.

Ahí, el gobierno quedó atrapado. Lo dicho por Gil comenzó a cobrar sentido.

Supongamos que, en verdad, el asunto central de la molestia sea lo de las plazas. La práctica, a veces puesta en los contratos laborales, a veces hecha ilegalmente, ha sucedido hace décadas y en todo el país. Si al gobierno actual le parece tan indignante, ¿Por qué pactó con uno de los actores principalísimos de tal práctica?

Es evidente, y está documentado, que en la venta y renta de plazas han participado los dirigentes y los miembros del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación y funcionarios de la secretaría.

¿Borrón y cuenta nueva?

La Secretaría de Educación Pública argumenta que hay que ver al futuro, que la aceptación pública de lo que se hacía con las plazas y el pésimo estado de la educación en México, son razón suficiente para “ponernos a trabajar” y de alguna manera dejar que el pasado sea el pasado.

La propuesta del gobierno es clara: es mejor un mal arreglo que un buen pleito.

Eso, camina en el filo de la impunidad.

Uno puede entender que, a partir de un diagnóstico de la fuerza del sindicato, se haya decidido darle a Elba Esther Gordillo el protagonismo que tuvo en la presentación de la Alianza, como si fuera un miembro más del gabinete, pero una revisión de la actuación de la socia de Vázquez Mota en el proyecto sería suficiente para revisar aquella decisión.

Es evidente que la fuerza de la señora Gordillo no es lo que era. La rebelión interna crece y su capacidad de control está disminuida. Su declaración sobre las normales desató el primer escandalito, ya con Morelos en huelga, ha sido notoria su ausencia, salvo una declaración en la que culpó a la SEP de no haber informado. Es decir, ¿no que muy socias?

A la hora de los trancazos, Elba ha abandonado a Josefina.

Con la violencia y la radicalización de los maestros disidentes en aumento, Calderón debe aprender del pasado para no repetirlo. En los casos de Atenco y Oaxaca, hubo momentos, al principio del conflicto en que una intervención, una decisión hubiese impedido que las cosas llegaran a donde llegaron.

Seguir amarrado con Elba ya no sólo hace peligrar la implementación del Acuerdo por la Calidad Educativa sino que pone al gobierno en una situación complicada en relación con el uso de las fuerzas policiacas. ¿A quién defendían el jueves los federales? ¿La libertad de tránsito? ¿La carretera? ¿El liderago de Elba? En la polvareda, todo se confunde.

El presidente Calderón vive el momento clave de su corto sexenio. Crisis de la seguridad pública, crisis económica gigante, inicio de elecciones por abajo en las encuestas, dictamen de la reforma energética, nuevo y polémico presupuesto, con maestros en huelga y en las calles dándose de palos contra la policía.

No se puede todo.

No se puede quedar bien con todos.

¿En verdad los votos que acarrea Elba valen tanto la pena?

Son tiempos para la audacia. Momento de decisiones o repetir lo que ya vimos. Sería triste para un Presidente que se ha empeñado en diferenciarse de su antecesor.


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