jueves, 4 de diciembre de 2008

Desazón en el desayuno





Alejandro Encinas y Jesús Ortega se encontraron accidentalmente en un restaurante de un hotel capitalino. El ex jefe de Gobierno del Distrito Federal desayunaba con el rector de la Universidad Autónoma de México, José Narro Robles, y el director de la Facultad de Economía, Roberto Escalante, mientras el presidente nacional del Partido de la Revolución Democrática (PRD) hacía lo mismo, en una mesa aparte, con el empresario Roberto Alcántara.
El suceso sorprendió a Ortega, a pesar de que previamente fue advertido de la presencia de Encinas en el lugar. Los fotógrafos que le tomaban placas escucharon que propuso a su amigo, con gesto adusto, retirarse para desayunar en otro lado, aunque al final se quedó.
Fuentes cercanas al dirigente perredista informaron que todo fue resultado de una equivocación. La cita para su encuentro con Alcántara era un restaurante ubicado en la planta alta de ese hotel, pero alguien se confundió y al final el empresario pidió mesa en el sitio donde coincidió con Encinas.
Los reporteros observaron que el líder del PRD no se acercó a saludar al rector ni a su oponente. En cambio, al final de su desayuno con Narro Robles, el ex jefe de Gobierno capitalino sí lo hizo, y quedaron de hablarse para un posible encuentro.
“Lo cortés no quita lo Cuauhtémoc”, declaró Encinas, cuando se le comentó que tenían varias semanas sin encontrarse, luego de que el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación otorgó la presidencia nacional del PRD a Ortega. Nos saludamos, dijo, como muestra de que “nosotros no somos los rijosos y los radicales”.
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