Recordar es volver a vivir y el vivir lleno de ruidos es la comprobación de las negativas etapas de la vida nacional durante los últimos sesenta años en que no hemos sido gobernados con el acierto que nos dé seguridad y bienestar. Los sexenios de la llamada estabilidad que corrieron de 1946 a 1970 estuvieron caracterizados por el autoritarismo y la represión: Basta recordar la matanza de León el 2 de enero de 1946, la de Tlatelolco en 1968, la de julio en 1971, apenas hechos sobresalientes junto a muchas otras arbitrariedades de la violencia gubernamental.
Por Jorge Eugenio Ortiz Gallegos
Los siguientes sexenios acumularon siniestras contradicciones: El reclamo de los derechos y la participación política tuvieron como respuesta los fraudes electorales, la corrupción de la justicia, el cohecho de las dirigencias de los partidos políticos, la propaganda facciosa, el mal uso y la rapiña de los recursos públicos y del patrimonio piramidado en las empresas paraestatales. La pantomina del perro que defendería nuestra moneda, continuada por Salinas de Gortari en los anuncios solemnes de que ya entrábamos al banquete de los países del primer mundo es sólo uno de los miles de rostros de la falsedad e incapacidad. La mayoría de los políticos son expertos sólo en el arte de un doble lenguaje de manipulación y soborno.
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