Luis Javier Garrido
El desastre institucional del país está suscitando múltiples especulaciones sobre el futuro inmediato de México y una pregunta aparece de manera recurrente: ¿quién está tomando las decisiones de gobierno en México?
1. La crisis económica global y la recesión están siendo enfrentadas por el gobierno de facto de Felipe Calderón de la peor manera posible: negando su gravedad pero reprimiendo al mismo tiempo todas las inconformidades sociales, mientras el gobierno rueda. Los asuntos fundamentales de México son decididos ya abiertamente por los grandes poderes trasnacionales y los de trámite por los no muy capaces colaboradores del titular del Ejecutivo mientras éste se dedica a la política partidista y a las elecciones del 2009, a tratar de resarcir su deteriorada imagen en una nueva y costosa campaña promocional y, según algunos, al dolce far niente.
2. La endeble situación de Felipe Calderón tras el fracaso de su supuesta lucha contra el crimen organizado (2006-2008), que tan onerosa resultó para las instituciones y para el país, se ve reflejada por el hecho de que no pudo siquiera nombrar a su nuevo secretario de Gobernación Fernando Gómez-Mont (que le fue impuesto por el salinismo), al nuevo subsecretario de Estrategia e Inteligencia Policial de la SSP Javier del Real, cargo por cierto anticonstitucional (quien le fue impuesto por las fuerzas armadas), y ni siquiera a su nuevo secretario particular Luis Felipe Bravo (que es un panista yunquista ajeno a su grupo).
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