El Universal
Lunes 12 de enero de 2009
Luego de la despenalización del aborto en la ciudad de México, en abril de 2007, se multiplicaron las marchas “en favor de la vida” en decenas de ciudades del país. En Celaya, León, Guadalajara, Guanajuato, Tampico y Distrito Federal, entre otras localidades, se escucha otra vez el “¡Viva Cristo Rey!” que distinguió a los cristeros que resistieron las restricciones en materia religiosa que impuso Plutarco Elías Calles. A estas manifestaciones acuden miles de católicos radicales que militan en grupos ligados a la jerarquía eclesiástica.
A diferencia de los cristeros de los años 20, que empuñaron fusiles para oponerse al Estado laico, hoy las armas son la movilización, el cabildeo y el reclutamiento de jóvenes en colegios privados. “En México hay un millón de católicos practicantes menores de 25 años”, dice el padre Pedro Agustín Rivera Díaz, rector de la Antigua Basílica de Guadalupe y comandante en jefe de la Alianza Mexicana por la Vida, asociación con más de 100 grupos conservadores como Provida, Red Familia y Caballeros de Colón.
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