Usos del poder
Desde el más alto nivel le han exigido mesura a Vicente Fox, pero no se calla, acaso porque no puede callarse
¿Y si las conocidas “ocurrencias” de Fox —sus disparates, salidas de tono, impertinencias— fueran, en realidad, síntomas de un desarreglo mental y quien ocupó la Presidencia durante el periodo 2000-2006 hubiera estado casi todo el tiempo al borde de una crisis?
Desde el primer día de su gobierno, al rendir protesta como presidente de la República, Vicente Fox exhibió un comportamiento impropio, por decir lo menos: saludó a sus hijos antes de cumplir con el protocolo oficial que lo obligaba a dirigirse primero al Congreso de la Unión y modificó el texto de la protesta constitucional. Antes, durante la campaña, gustaba de repetir expresiones vulgares hacia sus adversarios (“la vestida”, llamó a Francisco Labastida, candidato del PRI; “rajoncito y coyón”, al ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas).
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