• Catastróficas hormonas
• Rumbo al Estado fallido
El poder y la jactancia en un hombre juntos, mi estimado, ensoberbecen, embriagan y causan delirio. Estupenda la escalada de tubazos entre el (des)gobierno de Felipe y el empresario Carlos Slim, quien en su divertida ponencia en el Congreso dibujó un panorama negro, aunque acompañado de una serie de propuestas para salir de la crisis.
Sí, my friend, Slim se aventó con todo poniéndoles descomunal madrazo a los jinetes de la tormenta, que utilizaron la inconfundible histeria (mensual) del secretario del Trabajo (sucio), Javier Lozano Alarcón, quien cual trastornado perro rabioso despotricaba en su media tour contra las declaraciones catastrofistas del poderoso empresario… que le puso las íes económicas al escenario oficial cuyos disfuncionales no acusaron recibo de sus simpáticas propuestas.
No, amable lector, es mucho más atractivo organizar el TUCOS (Todos Unidos Contra Slim) para agarrar valor aventándole montón y, para ese tipo de grotescas faenas, nadie cubre mejor el perfil de camorrero como Lozano… protagonista fundamental en la protección de la lacra Germán Larrea y de Grupo México, de los arbitrarios atropellos en contra del sindicato minero y Napoleón Gómez Urrutia, y de la exquisita tenebra
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