Jacobo Zabludovsky
Bucareli
09 de febrero de 2009
Con acento en la segunda o, para que no se confunda con trono, aunque entre el tronó y el trono se escribe la historia de la semana pasada en México.
Una semana trágica para los factores sustantivos de nuestra vida. En la cavilación previa a la escritura de este Bucareli, al buscar tema, había decidido olvidarme de las pesadumbres que nos tienen hasta la coronilla. Hice algunos apuntes a lápiz, dispersos, inconexos, en la servilleta de un café, un esqueleto de alambre para vestirlo después. Los reproduzco sin afeites.
“Un accidente en la calle. Una vecina llega a cubrir el cuerpo del desconocido con la única sábana de su casa.
Un joven sin dinero con buenas calificaciones quiere seguir estudiando. Hay una institución que lo beca y lo admite.
Un anciano indigente requiere de atención médica. Una clínica gratuita se ocupa de él.
Cuando la ineptitud y la corrupción parecen haberse apropiado del México contemporáneo, persiste un sentido humano de la convivencia que se niega a desaparecer. Sobreviven sistemas, organismos y tradiciones donde la cultura y los valores se fortalecen contra una corriente de mediocridad que ha destruido cualidades que nos hacían mejores y distintos.
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