El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) confirmó que México está metido en una crisis mayor, comparable en dimensión a la de 1995: -8.2% de crecimiento en el primer trimestre y 13% de desempleo y subempleo, aun con las mediciones tan deficientes con que se calculan éstos.
No se trata de un ciclo depresivo semejante a “los muchos que ha habido en los últimos años”: a diferencia de 1995, hoy no existe una bonanza en la economía internacional que haga posible una rápida recuperación. En vez de la “U” de 1995, ahora estamos ante una “L”. En vez de una recuperación pronta, es previsible un largo estancamiento, o peor aún, una pérdida de la estabilidad.
Se ha llegado a la situación actual como consecuencia de la crisis global que se exacerbó en septiembre del año anterior. Esta situación se ha agravado internamente por la resistencia del gobierno y de numerosos líderes a reconocer esta realidad y por la falta de respuestas adecuadas y oportunas.
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