Atando cabos
¿De qué murieron las otras 140 personas que el martes eran parte de los probables fallecidos por el nuevo virus y que, sin embargo, a la hora de hacerles las pruebas del A/H1N1 dieron negativo? A la hora que escribo, y habiéndose ya terminado de hacer las pruebas a todos los casos probables, hay “solamente” 19 muertes confirmadas por este nuevo virus. No son pocos desde luego, pero sí son mucho menos que los reportados inicialmente por los sistemas de salud de todo el país. Importa además porque fue a partir de esas cifras que el Presidente y el secretario de Salud tomaron decisiones, a principios de la semana pasada, que han tenido graves consecuencias para todos los mexicanos.
Ahora resulta que quienes afirman que las medidas tomadas fueron exageradas van a tener en parte razón. Y no porque se hubiera podido responsablemente proceder de otra manera sino porque al no contar con instrumentos precisos y confiables, estas decisiones se tomaron en parte desde la oscuridad. Dos ejemplos: uno, se tuvo que tomar decisiones en base a casos de probables contagios porque carecíamos de la tecnología para hacer las pruebas en nuestros laboratorios. Pasamos una larga y decisiva semana sin datos confirmados.
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