Estado de los ESTADOS
Lilia Arellano
Malas dirigencias hundieron a partidos
Amarga lección al PAN y al PRD
Iztapalapa, bastión de López Obrador
Asumirán tricolores 5 de 6 gubernaturas
En Sonora, la mano negra de la Paredes
Arranca la pugna por la elección del 2012
Quintana Roo gana con diferencias del 100%
Lilia Arellano
Malas dirigencias hundieron a partidos
Amarga lección al PAN y al PRD
Iztapalapa, bastión de López Obrador
Asumirán tricolores 5 de 6 gubernaturas
En Sonora, la mano negra de la Paredes
Arranca la pugna por la elección del 2012
Quintana Roo gana con diferencias del 100%
“Tras un recuento electoral. Sólo importa quién es el ganador. Todos los demás son perdedores”.-
Churchill
El gran festín para candidatos priístas y sus dirigencias no se hizo esperar. Prácticamente duplicaron el número de curules con el que cuentan en el presente y, aliados, tendrán, sin duda, mayoría. ¿Es esto suficiente para celebrar que el tricolor triunfó? Porque el gran reto sigue siendo la gran masa, la inmensa mayoría que se abstiene de ir a las urnas y cuya presencia, de hacerse legal, le daría el más absoluto de los triunfos, muy por encima de los obtenidos por cualquier otro partido político e incluso con una alianza entre todos los que están registrados. Eso sí, como en el pasado, la piedra del castigo hizo su aparición y la cabeza de Germán Martínez rodó, rodó y llegó en bandeja de plata hasta Los Pinos.
Señalar una vez más que el gran triunfador de estas elecciones fue el abstencionismo parece ya muy gastado. Se habla de ello en todas las elecciones, en las municipales, en las estatales, en las federales, en las sexenales, en las intermedias, una, otra y otra vez. No parece que al paso del tiempo y las experiencias sea este un renglón al que los partidos, los políticos, los dirigentes, el propio gobierno le preste mucha atención. El chiste es ganar por ganar, no importa si el tan celebrado triunfo no representa sino a una minoría.
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Señalar una vez más que el gran triunfador de estas elecciones fue el abstencionismo parece ya muy gastado. Se habla de ello en todas las elecciones, en las municipales, en las estatales, en las federales, en las sexenales, en las intermedias, una, otra y otra vez. No parece que al paso del tiempo y las experiencias sea este un renglón al que los partidos, los políticos, los dirigentes, el propio gobierno le preste mucha atención. El chiste es ganar por ganar, no importa si el tan celebrado triunfo no representa sino a una minoría.