jueves, 26 de febrero de 2009

Los consejeros del IFE ponen el ejemplo

Humberto Musacchio

Si alguien cree que los señores están satisfechos con esa fortuna, sépanse que no. También recibirán una prima vacacional y otra quincenal, 40 días de aguinaldo, seguro de vida, seguro de retiro...

¡Basta de lloriqueos! Es cierto que nos llueve sobre mojado, pero en ese caso hay que sacar paraguas e impermeables. De nada sirve omitir los datos que ofrece la realidad. La situación económica del país era lamentable, con 52% de la población ocupada en la economía informal, sin salario fijo, ni seguro social, fondo de retiro, Infonavit ni otras prestaciones, pero ahora que se nos vino encima la crisis internacional se muestran temerosos, como si no estuvieran acostumbrados.
Los buenos mexicanos no se doblegan ante la adversidad. No vamos a negar que hay problemas, que el peso se ha devaluado casi cincuenta por ciento en unas cuantas semanas, que la inflación se disparó en los bienes de primera necesidad, que ya son dos millones y cuarto los desempleados, que cayó a la mitad el ingreso de divisas petroleras y que nuestras exportaciones perdieron un tercio de su valor. Sí, ¿y qué? ¿Sólo por eso nos rendiremos?
Nadie debe arredrarse si ve que se cierran fábricas, que muchos miles de negocios han ido a la quiebra, que afloran los fraudes financieros y que aumenta notoriamente la cantidad de ladrones y limosneros, sin contar a los políticos. Estamos en crisis y de nada sirve negarlo, pero de eso a declararnos vencidos hay un océano de diferencia.
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