John Saxe-Fernández
México vive momentos de alto riesgo. Cuando arrecian recesión, desempleo y flaquean los alfileres que sostienen la economía por la caída de petróleo, remesas, turismo y exportaciones, las imprudentes y desatinadas políticas económicas neoliberales y de seguridad del calderonismo nos colocan en serio predicamento. Se privatiza y extranjeriza la renta petrolera; se aplican medidas procíclicas; se arremete contra salario, agricultura, derechos laborales y el aparato productivo en un esquema que anualmente expulsa a 600 mil mexicanos de su espacio nacional. Con la válvula cerrándose por el colapso del empleo en Estados Unidos, a diario aumenta el riesgo de explosión social, en especial en la frontera norte. Mientras, la inconstitucional militarización de la campaña contra el narcotráfico y crimen organizado, tareas exclusivas de entes civiles, alentada por Estados Unidos y Los Pinos, se hunde en un baño de sangre, debilita la función de "defensa nacional" y gesta una debacle de derechos humanos.
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