Jorge Carrillo Olea
En una caída vertiginosa, México se precipita por una pendiente de ingobernabilidad destructiva. Son muchos los factores que a ello impulsan, mínimamente: elecciones contaminadas con narcotráfico a escala no sospechada; el crimen organizado, incrustado en espacios geográficos y con alianzas internacionales increíbles hasta hoy; un desempleo galopante, y un gobierno carente de altura para vislumbrar la tremenda profundidad del problema, que ya está encima, y por supuesto para enfrentarlo, que aun queriendo, con ellos ya es tarde. Estamos en una crisis de gestión política y administrativa.
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