A cinco días de que se inició la emergencia sanitaria en el país como consecuencia del brote de influenza porcina, es evidente que las afectaciones derivadas de este padecimiento han rebasado ya el ámbito estrictamente relacionado con la salud pública y comienzan a manifestarse de manera severa en la esfera económica. Ayer, la Confederación Patronal de la República Mexicana en el Distrito Federal estimó que las pérdidas por el cierre de comercios en la capital ascienden a mil 500 millones de pesos por día, y que profundizar las medidas de prevención adoptadas por las autoridades pudiera derivar en la desaparición de cientos de pequeñas y medianas empresas. Además, el Gobierno del Distrito Federal (GDF) dispuso, desde la noche del pasado lunes, el cierre parcial de los más de 30 mil restaurantes que operan en la ciudad, medida que, a decir de la Cámara Nacional de la Industria Restaurantera y de los Alimentos Condimentados, afecta alrededor de 450 mil empleados, y ha generado malestar y reclamos de los integrantes de ese sector.
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