El abogado empresarial a cargo del fideicomiso de liquidación de la empresa fallida antes denominada México, Fernando Gómez Mont, decretó ayer la falta de representatividad popular y legitimidad política de un gobernador, el acojonado Leonel Godoy al que en su cara le dijo que el calderonato no le avisó de la Operación Comicios recientemente desatada porque se trataba de un hecho delicado, de alta complejidad, del que debería enterarse "el menor número de elementos posibles". Complacido en su autoasignado papel de técnicamente rudo, leguleyo con pretensiones, el pomposo secretario de gobernación le dijo al maltrecho LG, cuando éste intentaba alguna pose de reclamo o protesta: "Hoy por hoy, señor gobernador, ésta es la respuesta que respetuosamente le ofrece el gobierno federal frente a los reclamos que usted ha hecho". La "respetuosa respuesta" no generó reacciones bravías, arrestos regionales ni banderas del federalismo y la soberanía de los estados con las que el cadete G se hubiera desbarrancado por laderas de amarillos chapulines de plástico. Leonel calló y cayó (viendo más arriba, en el plano de la política nacional: ¿águila que cae, o que será presionada para nuevas negociaciones o claudicaciones, como sucedió antes a cuenta del ahumado hijo antecesor tempranamente beneficiado por los cárteles y del caballerango actual que sólo mantenía la hacienda familiar conforme a las instrucciones recibidas?)
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