Los llamados medios de comunicación masiva constituyen hoy el arma principal del imperio contra las luchas sociales y los gobiernos populares y progresistas. Sus loas a la "libertad de prensa" son de dientes para fuera puesto que en lugar de la información veraz y diversa favorecen la noticia y el pensamiento troquelados. Artífices de la esclavitud y la enajenación de las conciencias, sus contenidos son banales, sesgados, eurocéntricos, racistas, culturalmente empobrecedores y distorsionadores de la realidad. Más neoliberalismo es su receta para remediar la crisis del capitalismo.
Excelsos demócratas, han sido actores protagónicos de la desestabilización contra los gobierno de Hugo Chávez y Evo Morales, de la agresión yanqui/uribista a Ecuador y convertido en dogma de fe las mágicas revelaciones de las computadoras del jefe guerrillero Raúl Reyes. Los medios de desinformación masiva (MDM), nombre que se han ganado a pulso, son los arietes principales del sistema dominante en la inducción del terror con el fin de desmovilizar la lucha popular y promover la represión del pensamiento crítico y de la protesta social.
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