Detrás de la Noticia
De existir todavía, esta sería tal vez la cabeza del día de ayer en el tristemente célebre diario ¡Alarma!. Aquel que cronicó hasta la náusea y durante meses los hallazgos criminales de Las Poquianchis en el púdico Guanajuato y que nos regaló para la posteridad clásicos del periodismo amarillo como: “¡Robóla, violóla y matóla!” y “¡Mató a su madre sin causa justificada!”.
El manejo dado por algunos medios al operativo en Michoacán nos recuerda mucho aquellos tiempos: el despliegue policiaco y militar más espectacular que nunca; los detenidos mostrados siempre oportunamente a las cámaras fotográficas y de televisión; la conferencia de prensa grandilocuente y los comentarios patrióticos de los afines al régimen presidencial en turno.
Sólo que no hablamos de un capítulo del anecdotario político y mediático. Lo de Michoacán es un asunto muy serio. Se trata —como bien documenta ayer EL UNIVERSAL— de un histórico e inédito golpe de la PGR en contra del gobierno de un estado. Jamás un gobierno federal había acusado y además capturado a media administración estatal y por añadidura a una decena de presidentes municipales. Un análisis elemental de la lista de 28 detenidos por presunta complicidad con el crimen organizado da lugar a las causalidades más que a las casualidades: descontando a un juez, 17 son funcionarios del gobierno perredista de Leonel Godoy; súmele dos alcaldes también perredistas; otros seis son de extracción priísta y sólo dos son de origen panista. Queda pues muy claro que se trata de una acusación y un operativo sin precedentes de un gobierno federal del PAN en contra de funcionarios estatales y mandatarios municipales de los dos principales partidos de oposición en este país.
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