Hoy se cumplen tres años de sentir este dolor, de que por querer callar a quien defiende la tierra y ya no quiere patrón, golpearon, mataron, asustaron. Toda su brutalidad exhibieron a los medios de comunicación que, como hoy, delirantes, insisten hasta la náusea en mentiras, como si a fuerza de repetirlas se convirtieran en razón.
Escuchamos entonces testimonios que nos partieron el alma y cuando ya sentíamos el miedo, recordamos y miramos a Magdalena y a Italia, a Mariana y a Trini, a Nelly y a Norma y a las Marías, las miramos a los ojos y el miedo se volvió pasión, y el dolor se convirtió en coraje, en valor, que no en rabia, y en fuerza la compasión.
Desde entonces y a mucha honra somos Mujeres sin Miedo.
No me da vergüenza decir que me duele todo el dolor humano, y mientras más siento el dolor, más amo. Mientras más siento el dolor de todas, más te amo, a tí y a la vida, como me enseñó la Frida.
Veo a Juana, condenada a no escribir, a callar, a no pensar, salir del claustro a ayudar a bien morir a quienes en las calles de la ciudad caían infectados de La Peste, la veo entregándose y sintiendo, eso no pudieron prohibirle, no sentir le era imposible y estos versos nos dejó:
Pero valor corazón
porque en tan dulce tormento
en medio de cualquier suerte,
¡no dejar de amar!
¡protesto!
¡Libertad y justicia para Atenco!
Ofelia Medina, Begoña Lecumberri, Carmen Huete, Humberto Robles, Giovanna Cavasola, Francesca Guillén, Beatriz Zalce, Julieta Egurrola, Luisa Riley, Patricia Díaz Romo, Claudia Santiago, entre otr@s.
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