La sociedad mexicana debe estar atenta a los ataques que desde diversos flancos está lanzando el partido en el poder a una de las conquistas más importantes que ha alcanzado la nación con no pocos esfuerzos y sangre. No debemos olvidar que costó profundas conmociones sociales que los mexicanos alcanzáramos el derecho a la libertad de conciencia. El laicismo es uno de los factores que más ha contribuido a la paz social. Hay núcleos de población donde todavía la cuestión religiosa divide a los pobladores y es causa de que quienes profesan la religión mayoritaria discriminen, opriman y agredan a los adeptos a otras creencias; esto es posible gracias a la protección de autoridades que transgreden las normas constitucionales; pero no constituye –al menos no todavía- una cuestión que se extienda por todo el país. En general respetamos las creencias ajenas; no hemos vuelto a sufrir una guerra civil por esa causa como la que hubo en el siglo XIX, y hace tiempo se apagaron las secuelas de la guerra cristera. Se lo debemos al laicismo que impuso la Revolución.
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