viernes, 12 de octubre de 2012

La herencia sombría de Juan Sabines ISAÍN MANDUJANO 11 DE OCTUBRE DE 2012

Dentro de dos meses Juan Sabines Guerrero entregará el gobierno de Chiapas a su compadre Manuel Velasco Coello. Además de dejar al estado sumido en una inestabilidad que raya en el caos, el hijo del exmandatario Sabines Gutiérrez será recordado como un hombre poco agradecido con sus padrinos políticos y como un funcionario “inventado”, hecho al vapor.
TUXTLA GUTIÉRREZ, CHIS.- En menos de 10 años Juan Sabines Guerrero pasó de ser un completo desconocido a líder municipal del PRI, diputado local, alcalde de esta capital y gobernador.
Pero no lo hizo solo. Hubo quienes le abrieron paso en la política local, aunque él mismo se encargó después de perseguir y encarcelar a quienes lo impulsaron. Días antes de dejar el poder, en diciembre de 2006, el entonces gobernador Pablo Salazar Mendiguchía en su sexto informe les pidió a los chiapanecos apoyo para su sucesor:
“El que está por llegar a la más alta responsabilidad política de Chiapas, vástago de una estirpe noble y recia, es un hombre joven y dinámico, preparado y con instinto de poder.
“Tiene los atributos suficientes para sobreponerse a las asechanzas e invertir su tiempo, su vasto caudal de energía y sus ilusiones en la excepcional tarea que las chiapanecas y los chiapanecos le han dado. Le deseo le vaya muy bien para que muy bien le vaya a nuestro pueblo.
“¡Ayúdenle! ¡Denle fuerza sin regateos, háganlo su líder hasta que logren, al final de la jornada, que Juan Sabines Guerrero se convierta en el mejor gobernador de Chiapas!”, dijo Salazar.
Años después su percepción es otra. Ahora, luego de pasar 15 meses encarcelado el exgobernador sigue en reclusión domiciliaria, con 11 procesos penales acumulados y se refiere al “gobierno corrupto y cínico de Sabines”.

Ascenso meteórico

En 1998 nadie sabía en Chiapas quién era Juan Sabines. En los siguientes ocho años fue líder del PRI en Tuxtla Gutiérrez, presidente de la Fundación Colosio, diputado local, alcalde de la capital chiapaneca y gobernador a partir de 2006.
Juan Sabines Gutiérrez, exgobernador del estado, era notoriamente mujeriego. Con su esposa, Natalia Venegas, tuvo dos hijos: Carlos y Josefina. Pero tuvo más con otras parejas, entre ellos el actual gobernador.
Quienes conocen la historia de la vida del exgobernador Sabines Gutiérrez –y que hablaron con este semanario a condición del anonimato– platican que durante su gestión, Juan Sabines Guerrero y su madre, María de los Ángeles Guerrero, viajaron subrepticiamente a Chiapas al menos tres veces.
Finalmente Sabines Guerrero llegó al estado en 1998, sin trabajo pero con la oferta de una subdelegación del ISSSTE recomendado por Juan Díaz, hijo de Regino Díaz Redondo, quien fuera director espurio de Excélsior. Pero no tuvo ese trabajo. A ello se opuso el entonces delegado estatal y ahora diputado local del Partido Verde, Emilio Salazar Farías.
Un grupo de excolaboradores de Sabines Gutiérrez le tendió la mano al “cachorro”. Entre ellos José Antonio Aguilar Bodegas, quien siendo presidente del PRI estatal lo puso al frente de la Fundación Colosio en Tuxtla Gutiérrez.
En 2001 intentó ser candidato a la alcaldía de Tuxtla Gutiérrez, pero el PRI se decidió por Julio García Cáceres, expresidente municipal con arraigo popular. La alcaldía la ganó el PAN.
Sabines, con apoyo de Salazar Mendiguchía, fue entonces candidato a diputado local por el PRI. El gobernador agradecía así el apoyo que le dio Sabines Gutiérrez a su carrera.
En el Congreso local Sabines Guerrero se hizo amigo y compadre de Manuel Velasco Coello, quien lo sucederá en el cargo el próximo diciembre.
En 2004 Salazar llevó a Sabines a la Presidencia Municipal de Tuxtla Gutiérrez con una alianza PRI-PVEM. Muchos colaboradores del entonces mandatario se sorprendieron al escucharlo regocijarse con el triunfo de su pupilo, pues suponían que más bien apoyaría al panista Juan Carlos Cal y Mayor.
Como alcalde Sabines se distinguió por su casi veneración a Salazar; incluso sus colaboradores salieron de una lista palomeada por el gobernador.
No concluyó su periodo como diputado local para buscar la alcaldía tuxtleca. Tampoco finalizó su gestión como presidente municipal pues empezó a buscar la gubernatura, esa que según el anecdotario local a su padre le costó 30 años ganar.
Desde septiembre de 2005 Salazar empezó a ver a Sabines como su posible relevo; ante la imposibilidad de hacerlo candidato del PRI, el gobernador negoció con el PRD para que su pupilo fuera el candidato de la izquierda.
Así, con el apoyo de Jesús Ortega, Jesús Zambrano y Carlos Navarrete en el PRD; de Salazar desde el gobierno local y aprovechando el gran arrastre de Andrés Manuel López Obrador, Sabines Guerrero ganó la gubernatura en 2006.
Pero sobre todo su triunfo se lo debe al expriista tijuanense Amador Rodríguez Lozano, que le mandó Salazar junto con todo un equipo de sus colaboradores de confianza.
Salazar pretendía conservar el poder a través de Sabines dejando casi medio gabinete incrustado en su gobierno; de paso causó la derrota del candidato priista José Antonio Aguilar Bodegas, a quien culpa de su expulsión del PRI en 2000.
Uno de los personajes que impulsaron a Sabines cuando llegó a Chiapas fue Manuel de la Torre. Y fue el primero en caer en prisión, ocho días después de que aquél asumiera el cargo de gobernador.
A De la Torre se le acusó de “atentados contra la paz y la integridad corporal y patrimonial de la colectividad y del estado”, pues se le detectó una conducta enfocada a “desestabilizar la gobernabilidad en Chiapas”.
En realidad su “delito” fue ser operador político de Aguilar Bodegas, adversario de Sabines en la campaña.
También Aguilar Bodegas sería investigado, acusado de “asociación delictuosa y operaciones con recursos de procedencia ilícita” y hasta del intento de homicidio de uno de los comunicadores oficiales de Sabines, cargos que se desestimarían casi al final de este sexenio.
Salazar sí fue a dar a la cárcel junto con siete de sus más cercanos operadores, entre ellos el exfiscal Mariano Herrán Salvatti y el exsecretario de Educación Alfredo Palacios. Más de 50 de los colaboradores del anterior mandatario huyeron de Chiapas.

Su versión

En entrevista con el corresponsal, Juan Sabines Guerrero niega haber traicionado a Salazar. Dice que él fue candidato del PRD gracias al apoyo de Los Chuchos y aun contra la decisión del anterior mandatario, quien presuntamente apoyaba al exsecretario de Gobierno y exsenador Rubén Velázquez López.
Sin embargo la sombra de Salazar cubrió el sexenio de Sabines. Todo el tiempo éste decía que sus acciones de gobierno eran superiores a las de su predecesor. “Pero eso es normal. Siempre se necesita un referente para medir los logros”, afirma.
Sabines dice que estuvo en Chiapas con su padre cuando éste fue gobernador (1979-1982) y que desde entonces quiso ser mandatario.
“Me preparé para eso, estudié ciencias políticas y administración pública”, señala y agrega que siempre ha estado metido en la política, que de hecho trabajó en la delegación Cuauhtémoc del Distrito Federal y militó en el PRI hasta 2006.
Distanciado ahora del PRD –partido que se deslindó de él luego de los resultados electorales del pasado 1 de julio– Sabines afirma que su carrera política en Chiapas empezó desde abajo “sin padrinos políticos y sin nadie que me recomendara”.
Asegura que el endeudamiento no debe preocuparle a los chiapanecos pues no afecta los intereses particulares de nadie y que el pago está garantizado con las partidas federales que están por llegar.
Señala que éste fue el año con el mayor número de obras de infraestructura en materia de salud, que todo fue aprobado y autorizado por el Congreso estatal y debidamente justificado y ejercido en Chiapas.
–¿Alguno de sus colaboradores se ha enriquecido en su gobierno?
–No lo dudo. Habrá quien engañó o abusó de la confianza del gobernador y debe ser sancionado. Hay mucha gente honrada, de trabajo; pero seguramente habrá quien cometa algún acto de corrupción. Si lo hace o lo hizo, tendrá que pagarlo con cárcel.
–Cuando asuma Velasco Coello, ¿usted se queda o se va de Chiapas?
–No he decidido qué hacer al concluir mi gestión. Me une con él una amistad y un compadrazgo.
–¿No opacará usted el inicio del gobierno de Velasco Coello?
–Voy a seguir sirviendo a Chiapas y en lo que yo pueda apoyar a Velasco, contará conmigo siempre. Pienso que los expresidentes y exgobernador deben ser piezas de museo para consultar.
–¿Y si le piden que se vaya de Chiapas?
–No creo que él haga eso. Pero si me lo pide, claro que lo haré.
–¿No teme correr el mismo riesgo que Salazar?
–No. En ningún sentido. Hay que saber ser gobernador y saber ser exgobernador. Lo más que puedo hacer es dejarlo que tome las decisiones y si me necesita, estaré acá siempre como un “asesor gratuito”.
–Ya hay medios y hasta grupos que piden cárcel para Sabines.
–No sé quién lo diga y cuáles sean sus argumentos. Mi carrera siempre ha sido limpia y transparente.

El empresario consentido

Sabines niega que Ricardo Salinas Pliego, presidente del Grupo Azteca, haya sido su empresario favorito, aunque durante el sexenio a él le vendió el equipo de futbol Jaguares, le dio dos pisos en la Torre Chiapas, le facilitaron la construcción del parque eólico en Arriaga y amplió sus operaciones en la minería chiapaneca.
Dice que Salinas Pliego es un empresario que ha invertido en Chiapas y seguro lo seguirá haciendo. Que ha generado empleos y que, es más: “Agradecidos con él deberíamos estar”.
Y cuando habla de Salinas y de su parque eólico se queja de la Comisión Federal de Electricidad, a la que acusa de haber inundado miles de hectáreas de tierras productivas en Chiapas.
–¿No tiene miedo de traiciones, persecución política o venganzas ya como exgobernador? –se le pregunta.
–No temo. A traiciones todo mundo está expuesto… y las he padecido. Sin embargo, temor no tengo. Espero que nadie se haya sentido agraviado por mi gobierno y si a alguien agravié, tenemos dos meses para enmendar los daños. Siento que no ofendí a nadie ni he lastimado a nadie.


Síguenos en twitter @radioamlo