domingo, 29 de marzo de 2009

¿Otra vez al filo del agua?

El despertar
José Agustín Ortiz Pinchetti


Mi padre nació en 1909, la víspera del estallido de la Revolución mexicana. Hoy seguramente sigue tan campante haciendo su voluntad en el cielo como lo había hecho en la tierra. Según los periódicos de la época la gente no estaba preocupada por una posible revolución. Las declaraciones del presidente Porfirio Díaz en el sentido de que no buscaría su enésima relección habían causado revuelo en la clase política. Alentado por ellas, Francisco I. Madero había iniciado su actividad como candidato presidencial. El secretario de Estado de Estados Unidos, Elihu Root, había hecho meses antes una visita para estrechar los lazos entre los dos países. El presidente Díaz preparaba las fiestas del centenario. En marzo se incendió la Cámara de Diputados. Salvo raros visionarios, nadie creía que estábamos "al filo del agua" es decir, en la víspera de una tormenta que costaría un millón de vidas.
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