Sobre “Un ‘ejidatario’ de peso”
De Jesús Ortega Martínez
Señor director:
P or medio de la presente, con base en mi derecho de réplica, le envío para su publicación en el mismo espacio y con la misma magnitud el siguiente desmentido sobre una nota publicada el 22 de marzo del año en curso en el número 1690 del semanario Proceso.
Por negligencia, y en una actitud francamente irresponsable, el reportero Julio Alejandro Ríos tergiversó la información en el “reportaje” titulado Un “ejidatario” de peso, publicado en la mencionada revista.
Primero. El reportero ni siquiera conoce que la comunidad indígena San Francisco Ixcatlán es una entidad diferente a la denominada Ejido de Ixcatán, y ambas son igualmente diferentes a una tercera entidad que se llama Pueblo de Ixcatán. Las tres entidades están ubicadas en lugares diferentes.
A lo largo del supuesto “reportaje”, el susodicho reportero de Proceso menciona cada una de estas entidades como si fueran una sola.
Falsea información porque no toma en cuenta que la comunidad indígena San Francisco Ixcatlán, el Ejido de Ixcatán y el Pueblo de Ixcatán no solamente están ubicadas en lugares distintos, sino que son diferentes en su organización interna, en los cuerpos normativos legales que las rigen, e igualmente son diferentes en el régimen sobre la tenencia de la tierra; pero, además, son diferentes en la integración de sus miembros e, incluso, en cuanto a sus orígenes.
Segundo. Uno de los graves desatinos de la mencionada publicación es ubicarme como ejidatario, y peor, como ejidatario de la comunidad indígena San Francisco Ixcatlán. El reportero debe saber que quien es comunero de San Francisco Ixcatlán, por elemental lógica, no puede ser ejidatario. Sin embargo, de manera malintencionada pretende engañar al lector confundiendo ejidatario con comunero.
Tercero. En el Registro Agrario Nacional están inscritos a cabalidad y con pulcritud los títulos de la comunidad indígena San Francisco Ixcatlán; este es un hecho trascen-dental, pero con mala intención es ignorado en forma sistemática, deliberada y malintencionada. Y esto sucede a lo largo de todo el “reportaje”.
El 22 de febrero de 1994 el Tribunal Unitario del Distrito XV de Jalisco resolvió, en cumplimiento del toca 545/70 de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, entre otras cosas, que no existen propiedades particulares dentro de los terrenos comunales de San Francisco Ixcatlán, y que los mismos son inalienables, imprescriptibles e inembargables, para garantizar su posesión y disfrute, quedando sujetos a las instrucciones y modalidades establecidas en la Ley Agraria vigente; todo ello para beneficiar a los 118 capacitados que arrojó el censo respectivo de la Comunidad Indígena San Francisco Ixcatlán.
Entre estos capacitados registrados ante el Registro Agrario Nacional y certificados por el mencionado tribunal y por la Suprema Corte de Justicia de la Nación se encuentra la familia de don José Blas Poblano Vázquez, comunero y padre de Fabiola Poblano Ramos, quien es comunera, militante del Partido de la Revolución Democrática y ahora servidora pública en el gobierno del Distrito Federal.
Fabiola Poblano, quien es amiga, aparte de compañera militante, en el año 2000 me invitó a sumarme a la comunidad indígena como cualquier otro ciudadano. Me invitó a participar en un proyecto productivo que contribuiría a potenciar el desarrollo de la zona y de la comunidad en beneficio de sus habitantes.
Yo acepté esta generosa invitación de ser parte de la comunidad en el ánimo de aportar esfuerzos y contribuir con gestiones para que tal proyecto se materializara.
Tan es así que, a partir de ese año, del 2000, se llevaron a cabo largos trámites de regularización y de reordenamiento de la comunidad en todos los aspectos, el Procede, entre otros; a pesar de ello, se ha postergado la definición de un proyecto concreto que, como lo tenía planeado, satisficiera las expectativas de la Comunidad Indígena San Francisco Ixcatlán.
Para ser miembro de la comunidad, al haber aceptado su invitación, la señora Luz María Rico Poblano, comunera titular y tía de Fabiola, de manera voluntaria me cedió parte de sus derechos en la comunidad, y de la misma manera sucedió con mis hermanos.
Cuarto. Todo este procedimiento es perfectamente legítimo y legal, y está registrado, notariado, observado, ejecutado y normado por las instituciones correspondientes y por las autoridades respectivas, así como por la Asamblea de la comunidad. La decisión de la Asamblea de la Comunidad Indígena San Francisco Ixcatlán fue notificada en tiempo y forma a las autoridades correspondientes y fue registrada ante notario público, como indican los trámites.
Quinto. La mala fe del “reportaje” se evidencia además por lo siguiente: El reportero dice que yo fui secretario general del Partido Socialista de los Trabajadores. Miente. Yo fui secretario general de la Asamblea de Militantes de ese partido, que se separó de Rafael Aguilar Talamantes durante 1987. Y tomamos esta determinación de separarnos de Aguilar Talamantes para buscar integrarnos en el proceso de unidad de la izquierda en el Partido Mexicano Socialista.
Ante esto, es una mentira que yo haya sido secretario general del PST en 1980, como afirma en la nota.
Sexto. El “reportaje” dice que “en los años ochenta, para quedar bien con Ortega, Poblano anotó a él y a sus hermanos en el censo comunal”. Mentira. En los ochenta yo no conocía a Fabiola Poblano; la conocí varios años después de que en 1989 se formó el Partido de la Revolución Democrática. Yo fui uno de los fundadores y Fabiola era, como hasta ahora, militante del PRD.
En este mismo documento le estoy evidenciando que mi integración a la comunidad indígena fue en el año 2000, 20 años después de como se dice en el “reportaje”.
Séptimo. O su reportero actuó con ausencia total de profesionalismo por todas las inexactitudes, mentiras y desatinos que menciona o fue ingenuo al recoger información falsa que publicó sin, elementalmente, comprobarlo.
Del propio texto del “reportaje” se desprende quiénes fueron, en ese caso, los que le dieron la información falsa, y se la dieron con propósitos políticos para dañar mi reputación y mi imagen. Y no tengo ninguna duda: si se lee completa la nota, se verá quiénes son las fuentes del reportero.
Por último, no hay en la generosa invitación a ser comunero ninguna ilegalidad, como no la hay tampoco en mi aceptación a serlo. Los propósitos eran no solamente genuinos, sino solidarios para apoyar a la comunidad.
Sin embargo, mi responsabilidad como presidente nacional del PRD me exige total y absoluta concentración en las tareas partidarias. Tomé recientemente la decisión de renunciar a mi condición de comunero, pero mantener mi apoyo a la comunidad indígena San Francisco Ixcatlán.
Atentamente
JESÚS ORTEGA MARTÍNEZ
Presidente nacional del PRD
Respuesta del reportero
Señor director:
En el reportaje de referencia no hay mala fe, irresponsabilidad, tergiversación o trato despectivo. Por el contrario, en él se recogen datos oficiales del Registro Nacional Agrario (RAN) y denuncias de un grupo de comuneros que se dicen afectados por políticos que aparecen enlistados como integrantes de su comunidad indígena.
El reportaje afirma que Jesús Ortega y sus hermanos Gerardo, María del Rosario e Ignacio aparecen en el padrón de esa comunidad con 41 hectáreas, y, gracias a la precisión que nos hace el propio dirigente nacional del PRD, ahora sabemos que es “comunero” y no ejidatario desde el año 2000 y que –nueve años después, cuando el asunto se hace público– ha tomado la decisión de renunciar a esa condición.
En cuanto a los posicionamientos de los inconformes que denuncian el arribismo de políticos de diverso signo partidista, es a ellos y no al reportero al que, en todo caso, debe dirigir su réplica.
Lo cierto es que existe un conflicto en la comunidad de San Francisco Ixcatlán (así aparece en el RAN, aunque para el INEGI y las autoridades estatales y municipales es “Ixcatán”) y que un grupo de comuneros presentó una demanda ante el Tribunal Unitario Agrario del XV Distrito en el estado de Jalisco, a la que se anexaron 69 constancias de “desavecindad” expedidas por el ayuntamiento de Zapopan para probar que las tierras fueron asignadas a gente que no es de la comunidad, violando la ley agraria.
Respecto al pasado talamantista de Ortega, simplemente puedo decir que es del dominio público.
Atentamente
JULIO ALEJANDRO RÍOS
De dos consejeros del PRD
Señor director:
En respuesta a la carta abierta que le hiciéramos llegar ciudadanos y militantes del PRD al presidente de nuestro partido en Jalisco, doctor Antonio Magallanes, con respecto a la situación que prevalece en la Comunidad Indígena de San Francisco Ixcatlán, municipio de Zapopan, la dirigencia estatal del PRD nos hizo llegar unas cartas por parte de la familia Ortega Martínez donde renuncian a sus derechos comunales.
Este es un primer paso, pero falta iniciar ante el Registro Agrario Nacional el trámite legal. Hasta el momento las cartas de renuncia se entregaron a la Asamblea de la comunidad. Personal del RAN nos confirma que aún falta entregar las cartas certificadas ante notario público a la Oficialía de Partes de dicho Registro, para que luego sean turnadas a la Subdelegación de Registro y éste emita una calificación registral, como lo marca la ley.
Desde luego que festejamos este acto de congruencia del presidente nacional del PRD, porque con ello se recupera la histórica demanda zapatista: “La tierra es de quien la trabaja”.
Esperamos que los políticos de los otros partidos hagan lo conducente. Si bien ya se dio el primer paso, estaremos al pendiente de que se concrete el proceso que devolverá la confianza y la simpatía de muchos perredistas. Así mismo, por este medio hacemos público nuestro reconocimiento al profesionalismo del semanario Proceso por medio de su reportero Julio Alejandro Ríos.
Atentamente
SONIA GUTIÉRREZ LEÓN,
consejera nacional del PRD,
y doctor OSWALDO PALACIOS RIVERA,
consejero estatal del PRD
domingo, 29 de marzo de 2009
QUE DICE CHUCHO ORTEGA QUE NO ES EJIDATARIO, SINO COMUNERO
Vaya torpeza y desatinos de Chucho, "Pulgas" Ortega, el cual se tira de cabeza solito ante la acusación de ser COMUNERO de una comunidad indígena, con rodeos y distractores, pretende reclamar a proceso por haberlo exhibido la semana pasada, y reconoce cinicamente que ya no quiere ser COMUNERO luego del reportaje donde se le exhibe como un vividor y terrateniente, con miseras 41 hectáreas, noten el estilo desatinado de responder del carga maletines de Talamantes:
Publicado por
Martín Triana Dontriana