jueves, 7 de mayo de 2009

Hace daño no saber

Lydia Cacho
Plan B

Entrevisté a un agente del FBI especializado en crimen organizado; al despedirnos me dijo que si no fuera por las reporteras y reporteros que hacen un buen trabajo su tarea sería menos efectiva. Varios casos resueltos en su país comenzaron cuando se siguió la pista a un reportaje. En México, gracias al trabajo de las y los reporteros de los estados nos enteramos de sucesos que no investigan ni las policías ni las televisoras complacientes y manipuladoras de la realidad.

No es casualidad que haya pasado inadvertido el asesinato del reportero Carlos Ortega Melo en Durango. Ultimaron su vida el 3 de mayo, Día Mundial de la Libertad de Prensa. Carlos fue una piedra en el zapato para las autoridades, para el alcalde Martín Silvestre Herrera. Es el periodista número 48 asesinado en México. Todavía está pendiente la investigación para saber si cayó por motivos vinculados a su trabajo periodístico.
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