Ante el surgimiento de la influenza A (H1N1), México se encuentra sumido en la impotencia. Ello se debe, de acuerdo con investigadores entrevistados por este semanario, al desdén que se ha tenido por la ciencia y al bajísimo presupuesto –0.3% del PIB– que se destina a su promoción y desarrollo. Los científicos estiman que ahora se pagan los costos de ese error. La súbita aparición del virus de la influenza humana tomó desprevenida a la comunidad científica mexicana, que aún no logra explicarse el origen, las características y mutaciones de este nuevo virus. Sin embargo, ya sospecha que no es uno, sino varios tipos de virus los que están azotando al país, por lo que se complica la situación.
A pesar de que México es el país más afectado a nivel mundial –con 16 muertos al cierre de esta edición–, la epidemia lo sorprendió sin una infraestructura científica y tecnológica capaz de analizar el virus, y mucho menos de producir la vacuna para prevenir el padecimiento.
Entrevistados por Proceso, varios científicos coinciden en que hoy estamos padeciendo las consecuencias de no apoyar a la ciencia que durante años fue relegada.
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