domingo, 15 de marzo de 2009

DE PROCESO SEMANAL: El capo del panismo

El capo del panismo
RICARDO RAVELO


Más que revelar un cálculo aproximado de la fortuna de El Chapo Guzmán, su inclusión en la lista de los ultramillonarios de Forbes aparece como un golpe mediático para llamar la atención sobre la inmensa fortuna que mueve el cártel de Sinaloa mediante su red financiera en México y en Estados Unidos. Para desmantelar a esa organización tendrían que indagarse a fondo las empresas boletinadas por la DEA y el Departamento del Tesoro, lo que no han hecho los gobiernos panistas de Fox y Calderón. Se calcula que el dinero del narcotráfico está vinculado a 78% de las actividades legales mexicanas…
Intocado por los gobiernos federales panistas, en particular por el de Vicente Fox, en cuya gestión incluso escapó del penal de máxima seguridad de Puente Grande, Jalisco, Joaquín Guzmán Loera, El Chapo, encabeza hoy la más poderosa organización de tráfico de drogas en el país, con amplias redes en Sudamérica, Centroamérica y Estados Unidos.
En una entrevista concedida a Proceso en febrero de 2005, el entonces presidente de la Comisión Nacional de Seguridad Pública de la Confederación Patronal de la República Mexicana, José Antonio Ortega Sánchez, lo calificó como “el narcotraficante del sexenio”, pues, afirmó, “es evidente que hay una protección (al capo), porque la PGR siempre llega tarde cuando tiene información de dónde se encuentra. Pereciera que es el narcotraficante protegido por las autoridades que tienen la obligación de detenerlo” (Proceso 1476).
Ahora, el reporte más reciente de la revista Forbes incluye al capo mexicano en su lista de millonarios con una fortuna de mil millones de dólares. No es la primera vez, sin embargo, que un narcotraficante es incluido en la célebre lista. En 1989, esa publicación estadunidense incluyó al narco colombiano Pablo Escobar Gaviria.
Para Edgardo Buscaglia, profesor de derecho y economía de la Universidad de Columbia e investigador del Instituto Tecnológico de México (ITAM), el reporte de Forbes sobre la fortuna de El Chapo no tiene una metodología confiable.
–Según su percepción, ¿cuál es el sentido de incluir a un capo de la droga en la lista de los hombres más ricos del mundo? –se le pregunta al también consejero del Instituto de Investigación y Formación de las Naciones Unidas.
–La publicación de Forbes es relevante como golpe mediático, pero pienso que las agencias de inteligencia de Estados Unidos están enviando señales muy claras al presidente Felipe Calderón de que debe emprender una investigación seria contra el cártel de Sinaloa y desmantelar la red de testaferros que están detrás del capital que mueve este grupo criminal. Los estadunidenses quieren que se canalicen las investigaciones patrimoniales en ambos lados de la frontera.
El investigador explica que la percepción en Estados Unidos sobre México es “grave y preocupante”, pues el dinero del narco está vinculado a 78% de las actividades legales mexicanas; además, “el cártel de Sinaloa no sólo está afianzado en México, sino que ya se tienen registros serios de que está presente en 38 países. Por eso a México se le ve como un peligroso exportador de violencia e ingobernabilidad. Y agrega:
“El Chapo Guzmán puede tener mil millones de dólares o mucho más, pero es complejo confirmarlo. No pude evitar la sorpresa ante la falta de soporte del informe de Forbes, pero insisto: se trata de un golpe mediático. Existen estimaciones sobre los montos que lava el narcotráfico, pero hasta ahora no se ha podido acreditar a cuánto ascienden realmente esas ganancias.
“Para calcular esos valores, necesitamos una investigación del mapa patrimonial y criminal en los sectores económicos de estos 38 países, algo que no se ha hecho de manera integral”, afirma.
–Entonces, ¿el fondo de la publicación de Forbes es un mensaje con presión política?
–El mensaje es claro: El gobierno mexicano debe destruir toda la red protectora que seguramente maneja el dinero del cártel de Sinaloa, en la que puede haber políticos y empresarios; deben romperse esas redes patrimoniales intocadas por las buenas o por las malas porque, de no hacerse, podría sobrevenir un golpe político brutal para Calderón si fuera de México se hacen públicos los nombres de las empresas y de los personajes ligados al cártel de Sinaloa.
Buscaglia señala que el reporte de Forbes carece de veracidad porque a El Chapo Guzmán nada más se le están cuantificando las supuestas ganancias por el tráfico de drogas y no lo que presuntamente obtiene de ingresos por las 25 actividades delictivas que realizan los cárteles de la droga: tráfico de personas, piratería, trata de blancas, extorsión y secuestro, entre otras.
De lo que no duda es que en México el cártel de Sinaloa y El Chapo han vivido en la más plena de las impunidades, pues no se sienten acosados ni mucho menos perturbados por las acciones del gobierno mexicano; de ahí que toda la red patrimonial de Guzmán Loera, así como la impunidad de la que goza, son el principal soporte de su fortaleza y de su poder.
Los señalamientos de Buscaglia, quien ha estudiado el comportamiento de la delincuencia organizada en 84 países, entre ellos Afganistán, Kosovo, Colombia y Guatemala, encuentran eco en la realidad: desde que se fugó del penal de Puente Grande, Jalisco, el 19 de enero de 2001, Joaquín Guzmán Loera ha consolidado una de las empresas criminales más sólidas. El investigador calcula que su presencia podría abarcar hasta 50 países.
Los ocho años de regímenes panistas en México –de diciembre de 2001 a diciembre de 2009– han sido los más rentables desde el punto de vista criminal y financiero para Guzmán Loera, quien es considerado tanto por la Procuraduría General de la República (PGR) como por la Secretaría de Seguridad Pública federal (SSP) como el capo más poderoso de México.
Ascenso al poder
Tan pronto se sintió libre la tarde del 19 de enero de 2001, El Chapo Guzmán se refugió con los hermanos Beltrán Leyva –actualmente sus acérrimos rivales– y recibió el respaldo de otra figura emblemática del narcotráfico: Ismael El Mayo Zambada.
Meses después de su fuga, Guzmán Loera fraguó uno de sus planes más ambiciosos para consolidar su proyecto narcoempresarial, el cual no estuvo exento de traiciones y muertes. Para lograrlo, el capo tuvo que romper sus viejos vínculos con el cártel de Juárez y con Vicente Carrillo Fuentes, jefe de esta organización con sede en Ciudad Juárez, Chihuahua.
Dicho plan se consolidó en la ciudad de Monterrey, según se asienta en una carta firmada por un lugarteniente de los hermanos Beltrán Leyva, la cual fue anexada a la averiguación previa PGR/ SIEDO/ UEIDCS/ 013 /2005 y que fue enviada a la Presidencia de la República en octubre de 2004.
En ese documento se revela que El Chapo Guzmán convocó a sus socios a una reunión de negocios en Monterrey, Nuevo León. Al encuentro acudieron Ismael Zambada García, El Mayo; Juan José Esparragoza Moreno, El Azul, así como Arturo Beltrán Leyva, El Barbas.
En una de sus partes medulares, la carta asienta: “Hace aproximadamente tres meses, en la ciudad de Monterrey, Nuevo León, se realizó una junta entre diversos personajes, los cuales tienen relación con la delincuencia organizada… siendo el motivo de la señalada junta planear el crimen de Rodolfo Carrillo Fuentes (perpetrado en septiembre de 2004) y, una vez ejecutado éste, tratar de incriminar por ese homicidio a otro grupo contrario, el cual sería el grupo de Los Zetas, teniendo como objetivo estas acciones por una parte terminar con la hegemonía que la familia Carrillo Fuentes sobre este cártel u organización…”.
Otros planes de Guzmán Loera consistían en exterminar a Los Zetas y declararle la guerra al cártel de Tijuana.
Todo ello se cumplió: fue ejecutado, en efecto, Rodolfo Carrillo, El Niño de Oro, emprendieron fuertes acometidas en contra de Los Zetas y, según fuentes de inteligencia consultadas, la información que brindó El Chapo Guzmán a las autoridades federales “resultó clave” para detener a Benjamín Arellano Félix y así “descabezar” al grupo criminal más temible de la época.
De 2001 a la fecha, El Chapo Guzmán no sólo ha consolidado al cártel de Sinaloa, su organización, como el más boyante del país, sino que no se le ha podido detener a pesar de que el titular de la Procuraduría General de la República (PGR), Eduardo Medina Mora, y de la Secretaría de Seguridad Pública federal, Genaro García Luna, han dicho que no se deja de perseguir al capo sinaloense.
Pese a tal persecución, El Chapo Guzmán se pasea públicamente y, desde finales del sexenio de Vicente Fox, existen referencias públicas de que incluso suele acudir a restaurantes de lujo en Jalisco, Sinaloa, Coahuila y Chihuahua, en donde al hacer acto de presencia los otros comensales son despojados de sus celulares para evitar que den aviso a la policía.
Por ejemplo, a mediados de 2006, las cámaras del sistema de seguridad de la ciudad de Durango detectaron a El Chapo Guzmán cuando conducía una cuatrimoto. Según el parte informativo de las autoridades municipales, el capo vestía ropa deportiva. En aquella ocasión se inició una persecución supuestamente para detenerlo, pero el narco se perdió entre el caos automovilístico.
Con todo, las imágenes obtenidas permitieron entonces a la PGR conocer el nuevo rostro del jefe del cártel de Sinaloa, pues se confirmó que se hizo una cirugía plástica que modificó su fisonomía: le recortaron las mejillas, le estiraron la piel y le desaparecieron las arrugas de los párpados.
La red sin fronteras
Aunque las autoridades mexicanas y las estadunidenses no han podido cuantificar las ganancias reales que obtienen los cárteles mexicanos, sí han identificado, del año 2000 a la fecha, parte de la estructura financiera que sirve a los intereses del narcotráfico a través de presuntas operaciones de lavado de dinero.
Durante ese lapso, el Departamento del Tesoro de Estados Unidos, por ejemplo, ha emitido varias alertas sobre poco más de mil personas que, según sus informes, radican en México y tienen vínculos con el narcotráfico.
Los informes del Departamento del Tesoro asientan igualmente que hay empresas como Nueva Industria de Ganaderos de Culiacán S.A. de C.V., propiedad de Ismael El Mayo Zambada –el principal socio de El Chapo Guzmán–, que actualmente son promocionadas por el gobierno federal y que durante el sexenio de Vicente Fox recibieron apoyo de la Secretaría de Economía a través del Programa de Fondo de Pequeñas y Medianas Empresas (Pymes).
De acuerdo con el reporte de la Oficina de Control de Bienes Extranjeros (OFAC) del Departamento del Tesoro estadunidense, emitido en agosto de 2008, desde 2000 hasta mediados del año pasado el gobierno de ese país registró 121 empresas “que han servido de fachada para el lavado de dinero del narcotráfico”.
El gobierno mexicano ha reiterado que esas versiones carecen de veracidad, pues no existen evidencias de que las empresas señaladas como parte de los “engranajes del lavado de dinero” estén implicadas en actividades ilícitas.
Según el informe de la OFAC, dichas compañías se dedican principalmente a la importación, exportación, consultoría, compraventa de divisas, servicios, minería y transporte, así como a los giros farmacéutico, inmobiliario y alimentario.
Datos consultados en la PGR sostienen que, de las 121 empresas así boletinadas, 48 pertenecen al cártel de Tijuana y 34 a la familia Arriola Márquez (afincada en Chihuahua y socia del cártel de Juárez), mientras que 25 más están relacionadas con El Mayo Zambada y familiares.
Mientras en México los golpes a la estructura financiera del cártel de Sinaloa no han sido contundentes, desde 2007 Estados Unidos puso el reflector sobre el principal socio de Joaquín Guzmán: Ismael Zambada García.
En ese año, y como producto de una investigación de 20 meses realizada con la DEA, el Departamento del Tesoro relacionó a seis empresas con las actividades de lavado de dinero de Zambada. Ellas son: Establo Puerto Rico, S.A. de C.V., Jamaro Constructores S.A. de C.V., Multiservicios Jeviz, S.A. de C.V., Estancia Infantil Niño Feliz S.C., Rosario Niebla Cardosa, A. en P., así como Nueva Industria Ganadera de Culiacán.
La misma dependencia estadunidense identificó a la mexicana Margarita Cázares Salazar, La Emperatriz, como una de las piezas del cártel de Sinaloa dedicada al lavado de dinero. Más tarde tuvo que hacer lo propio la PGR.
Las investigaciones en Estados Unidos sobre este grupo criminal y su jefe, El Chapo, comenzaron a arrojar resultados y ya se cuenta incluso con nombres de personajes que forman parte de una compleja red financiera que opera en los dos países.
Con su poderío e influencia, Guzmán Loera vulneró los sistemas de control a través de una intrincada red de operaciones en casas de cambio e instituciones bancarias que le permitió adquirir 13 aviones para ponerlos al servicio de su organización en el tráfico de cocaína entre Colombia, Venezuela, Centroamérica, México y Estados Unidos.
Después de que el Departamento del Tesoro acreditó tales operaciones, a mediados de 2007 la PGR integró el expediente PGR/ SIEDO /UEIORP /FAM /119 /2007, aún vigente, en la que se reveló que el cártel de Sinaloa compró los aviones a través de la Casa de Cambio Puebla.
De acuerdo con la indagatoria, esa institución financiera se valió de la triangulación de operaciones en las que participaron más de 70 particulares y empresas. Así, se hicieron transferencias por 12 millones 951 mil 785 dólares a 14 compañías estadunidenses que se dedican a la adquisición y aseguramiento de aeronaves.
Según la averiguación, el artífice de las triangulaciones fue Pedro Alfonso Alatorre Damy, El Piri, quien también se hacía llamar Pedro Barraza Urtusiástegui o Pedro Alatriste Dávalos, quien estuvo preso en 1998 por lavado de dinero, tras ser capturado al ponerse en marcha la Operación Milenio que puso al descubierto el cártel que manejaban Armando y Luis Valencia. Tras recuperar su libertad, El Piri regresó a sus andanzas y se involucró con las operaciones financieras del cártel de Sinaloa.
Por otra parte, el costo de la droga varía por su calidad y, lo más importante: por su transporte. Si es colocado un cargamento cerca de la frontera, tiene un costo más elevado que si se desembarca en un territorio diferente. Pero según los datos del libro El negocio: la economía de México atrapada por el narcotráfico, del periodista Carlos Loret de Mola (editorial Grijalbo, 2001), un kilo de mariguana, puesto en el mercado mayorista, cuesta mil dólares.
Sin embargo, Loret estima en su investigación “que la cotización puede alcanzar hasta los 2 mil 500 dólares entre los distribuidores mayoristas, es decir, aquellos que compran grandes cantidades para luego venderlas al menudeo en las calles y barrios de la Unión Americana.
“Las condiciones del mercado para los agricultores de hoja de coca son parecidas: en Sudamérica el kilo de coca se compra en las zonas rurales en 2 mil 500 dólares, en tanto que entre distribuidores se comercia hasta en 45 mil.
“¿Y la heroína? Un gramo de esta sustancia, con muy bajo grado de pureza, se consigue en las calles mexicanas a un precio equivalente a 10 dólares, pero con sólo cruzar la frontera puede llegar a 318 dólares.”
Por su parte, Edgardo Buscaglia dice que para saber cuánto ganan las mafias en el mundo hay que tener acceso a sus mapas patrimoniales. “En México debe hacerse esa investigación. Es básica para desmantelar las redes y para acabar con las complicidades que han hecho reinar al crimen organizado”.