Ayer, durante la primera visita de un mandatario latinoamericano a la Casa Blanca en lo que va del gobierno de Barack Obama, el presidente de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva, se presentó ante su colega estadunidense como portavoz de América Latina; habló de la voluntad de los países de la región por
construir una nueva relación con Estados Unidos, y solicitó al político afroestadunidense un acercamiento con los gobiernos de Cuba, Venezuela y Bolivia. Obama, por su parte, manifestó sus deseos de viajar a Brasil y alabó el
liderazgo progresistade ese país en la región.
Además de prefigurar una particular cercanía entre los mandatarios brasileño y estadunidense, la reunión de ayer en la Casa Blanca pone de manifiesto la pérdida de liderazgo de nuestro país como punto de encuentro entre Washington y las naciones al sur del río Bravo, situación que se explica a raíz de las deficiencias en la conducción del país en varios frentes, sobre todo en el diplomático y el económico.
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