Por Hasardevi
No cabe duda que la “fatalidad” se cierne sobre este adolorido país, México, botín de unos cuantos, plataforma de explotación de una mayoría inerme, debido al sopor de años y años de interdicción voluntaria.
Ahora, justo en los momentos más aciagos de la historia de nuestra muy venida a menos República, nos cae la visita de lo “peorcito” que l’hexagone haya tenido como mandatario. Una pena. Y resulta que este gran gesticulador, en muchos sentidos, viene no sólo a salvar a una ciudadana francesa de las “garras” del sistema jurídico mexicano, sino que tiene el coraje de sugerir que México envíe también tropas a la ONU, cascos azules, en fin, que de más de su sangre “en bien del mundo” “por su gran responsabilidad”, como si la que se riega diario no fuera suficiente.
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