lunes, 9 de marzo de 2009

FUERA DOGMAS, El Semanario

Semana de México en Londres, Jesús Silva Herzog Flores, critica el neoliberalismo y la banca extranjera con colores nacionales, habla de que los dineros que salen de México sirven para apuntalar a las matrices, que cada año presumen las abultadas ganancias en sus informes anuales. Silva Herzog Flores termina sugiriendo la nacionalizacion bancaria y reclama friamente el ultimo lugar en crecimiento que el país tendra, una vez mas, en toda América Latina.

FUERA DOGMAS, El Semanario:

"El dogma neoliberal se derrumbó estrepitosamente: los mercados nacionales e internacionales no se comportaron como habían esperado sus exégetas. El fundador del INFONAVIT comentó al respecto: “Acaso los dogmas podrán ser buenos para la religión, pero no para la economía.” La verdad indiscutible que se presentó como solución para las dificultades económicas se vino abajo estrepitosamente dejando tras de sí una cauda de graves problemas: la carencia de liquidez, la contracción del crédito, inflación, desempleo y falta de confianza.

*Paradojas del destino: si la consigna durante las tres décadas anteriores fue privatizar y desregular indiscriminadamente, ahora, ante la emergencia, está sucediendo lo opuesto; es decir, reaparecen las nacionalizaciones y la regulación. A pesar de lo dramático, el asunto no ha dejado de tener algunas cosas chuscas en nuestro país. Veamos por qué: de acuerdo con la legislación mexicana, los bancos no pueden tener capital de sus gobiernos. Pues bien, resulta que Citigroup, propietario de Banamex, sufrirá la intervención del gobierno estadounidense. ¿Qué harán nuestras autoridades ante tal hecho?

*Pese a las declaraciones oficiales en el sentido de que, ante la emergencia, estamos bien apuntalados, la verdad es que la crisis. Por ejemplo, 84% de los recursos bancarios están en poder de instituciones extranjeras. Sucede que esas instituciones están más interesadas en ayudar, como es natural, a sus oficinas centrales que en echarles la mano a los usuarios locales. Dicho de otro modo: entre las grandes economías del mundo, somos la única que ha perdido el dominio sobre su sistema bancario.