Detrás de la Noticia
Y ofendido también. Afuera, el trato que han recibido decenas de mexicanos, sobre todo en China, ha sido calificado por la Cancillería de inaceptable. Un eufemismo cobardón para referirse a una cacería humillante y violatoria de quienes de pronto fueron detenidos como si se tratase de delincuentes, trasladados contra su voluntad para exámenes médicos exhaustivos y luego encerrados en hoteles sellados por una cuarentena que en realidad es una prisión.
A cambio, los chinos nos arrojaron una limosna de un millón de dólares y un montón de cubrebocas, made in China, por supuesto.
Con los amadísimos cubanos, a quienes tanto hemos defendido en foros internacionales, las cosas no han marchado mucho mejor. ¿Todavía irá Calderón a Cuba? Igual con los argentinos a quienes asilamos masivamente hace no muchos años. Así que ya habrá tiempo de ajustar nuestra lista de amigos.
Mientras tanto, la respuesta del gobierno es francamente blandengue y tardía. Ni una sola protesta formal y mucho menos enérgica.
Consuela, por cierto, el siempre sorprendente señor Obama, quien teniendo, él sí, millones de razones en cruces fronterizos y en cientos de vuelos semanales, ni ha cerrado la puerta ni ha bajado la cortina. Le debemos una.
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